En medio de rumores de default, Venezuela enfrenta día clave con acreedores

 Maduro recibirá hoy en Caracas a inversionistas en bonos venezolanos para comenzar a negociar una reestructuración de deuda.

El gobierno de Nicolás Maduro recibirá hoy en Caracas a inversionistas en bonos venezolanos para comenzar a negociar una reestructuración de deuda, en un día clave para cumplir con el pago de compromisos financieros demorados que podrían colocar al país o su petrolera en incumplimiento. 

Muchos acreedores se mostraban reacios de asistir al encuentro que promueve el presidente venezolano, en medio de las sanciones financieras que impuso Estados Unidos al gobierno de ese país y la prohibición de reunirse con dos de sus principales negociadores porque están en la lista negra de Washington. 

Pero la reunión es clave para comprender la estrategia del gobierno, que dejó correr hasta hoy, el último día de plazo, la cancelación de casi 300 millones de dólares en intereses demorados, dijeron una decena de operadores y analistas consultados. 

Si la petrolera o el gobierno incumple alguno de esos pagos caería en cesación de pagos. 

“Nunca, nunca; el default nunca llegará a Venezuela , dijo el presidente Nicolás Maduro, en su programa de televisión dominical. 

Y remarcó: “Venezuela siempre tendrá una estrategia clara y ahora esta estrategia es renegociar y refinanciar toda la deuda externa .

Varias firmas de inversión delegaron en abogados o representantes en Caracas su asistencia, luego que el ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa, uno de los sancionados por Washington, se encargó de informar en Twitter que la reunión será en la sede administrativa de la presidencia, dijeron tres fuentes del sector financiero. 

Maduro confirmó que Zerpa y el vicepresidente Tareck El Aissami, presidirán el encuentro, pese a las sanciones que pesan sobre ellos, y dijo esperan recibir unos 400 inversionistas. 

Bajo las actuales medidas impuestas por el gobierno de Donald Trump, quienes operan en ese país y poseen bonos venezolanos no podrían aceptar nueva deuda venezolana como resultado de alguna renegociación, sin contar con el aval del Departamento del Tesoro. 

Pagos pendientes
 
Entre tanto, la incertidumbre sobre la capacidad de pago de Venezuela va en aumento desde que el equipo financiero de Maduro comenzó a retrasar en octubre el abono de cupones de bonos por unos 750 millones de dólares. 

La estatal PDVSA también dilató, por primera vez, la amortización de unos u$s 1.100 millones de capital por un título vencido durante más de tres días, postergando el abono de los intereses para los próximos 30 días. 

El inusual comportamiento de un gobierno que hasta ahora no había demorado este tipo de pagos, pese a la prolongada recesión económica, la crónica escasez y altísima inflación que el país petrolero enfrenta por años, provocó un desplome de los precios de los bonos venezolanos por varios días. 

Pero el mercado lucía más optimista desde el viernes, pues los tenedores consideraban que Caracas intentaba seguir cumpliendo con el servicio de deuda, aunque con ciertas demoras, incluso bajo una reestructuración. 

Luego de que PDVSA consiguió cumplir los últimos pagos más pesados del año, la compañía eléctrica estatal venezolana dijo el viernes que transfirió un día antes del plazo límite los intereses demorados de un bono por u$s 650 millones al 2018, pero un percance afectó las transacciones bancarias. 

La firma Wilmington Trust, fiduciario del título, había declarado el incumplimiento horas antes. 

Venezuela no tiene más vencimientos en 2017, pero el año entrante, cuando el gobierno de Maduro debe encarar unas elecciones presidenciales, también el país enfrenta pagos de deuda por unos 9.000 millones de dólares, que recortarían aún más unas menguadas importaciones vitales para la población. 

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