Coronavirus: la economía china se recupera, ¿pero será suficiente para el resto del mundo?

La caída del 3,9% en las ventas minoristas señala que, si bien la actividad económica sigue creciendo gracias a la ayuda estatal, el gigante asiático todavía tiene problemas para restablecer sus anteriores niveles de consumo

Luego de atravesar la etapa más dura de la pandemia de coronavirus, el crecimiento interanual de 3,2% en el segundo trimestre –marcado por la flexibilización del confinamiento– confirma que China está en vías de recuperar su esconomía. Aunque el creciemiento de abril, mayo y junio no fue suficiente para revertir la impresionante caída del primer trimestre (-6,8%) y cerró el primer semestre con una caída interanual del 1,6%, por primera vez en décadas. La contracción estuvo especialmente marcada por industria (-1,9%) y servicios (-1,6%).

Los mercados interpretaron los datos del segundo trimestre con cautela y el CSI 300 se hundió a su peor nivel desde febrero, cuando China estaba en plena pandemia. Si bien el sector industrial muestra un fuerte crecimiento (4,4% interanual)  gracias a la inyección de estímulo fiscal, la caída del 3,9% en las ventas minoristas señalan que el consumo sigue rezagado.

Liu Aihua, portavoz del Buró Nacional de Estadísticas, admitió que China todavía enfrenta limitaciones en la recuperación del consumo (probablemente en conexión con la aparición ocasional de brotes de coronavirus como el del mercado Xinfadi de Beijing) pero se espera que la demanda se siga normalizando con la aplicación efectiva de medidas de control epidémico. 

Los números de un crecimiento (por ahora) rengo hacen dudar al mercado, y generan incertidumbre sobre cómo evolucionarán las inversiones chinas en el corto plazo. Ya en mayo, durante las Dos Sesiones –las reuniones anuales de la Asamblea Popular Nacional (APN) y del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino– el premier, Li Keqiang, había adelantado que en esta economía de pandemia, el gigante asiático había decido cambiar su estrategia de crecimiento y priorizar la estabilización del empleo y el nivel de vida de sus ciudadanos.  

En esta línea, es interesante que aunque el gobierno chino decidió no establecer una meta específica de crecimiento para este 2020 –teniendo en cuenta la volatilidad mundial que produce la pandemia–, sí proyectó un déficit fiscal del 3,6% de PBI, destinado a estímulo estatal para las empresas y asistencia a las personas, con el objetivo fundamental de garantizar la estabilidad laboral.

Más allá de los datos económicos, factores como la transparencia de gigante asiático con respeto a la pandemia, su reciente Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong y los crecientes cuestionamientos sobre el 5G de Huawei, también generaron tensiones con Occidente, especialmente en los Estados Unidos y el Reino Unido.

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