Bernie Sanders, el socialista que no para de crecer y asusta a propios y extraños

El candidato demócrata plantea cobrarles más impuestos a los ricos, aumentar la cobertura gratuita de salud y enfrentar el cambio climático. Pero en el partido temen que ahuyente a moderados y Trump los derrote.

Aunque falta mucho aún para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, que serán en noviembre, las internas del partido Demócrata, el único con chances de pelearle a Donald Trump la Casa Blanca, se acercan a un hito central.

El próximo 3 de marzo tendrá lugar el llamado "supermartes" y comenzarán a definirse cuáles serán los postulantes mejor posicionados.

Pero los ánimos están más caldeados que nunca y se nota en el ambiente político estadounidense un nerviosismo evidente. Sucede que Bernie Sanders, el candidato más radicalizado de todos los que compiten en la primaria, que se autodefine como socialista y que aboga por el fin del embargo a Cuba e insiste en ampliar el programa Medicare de medicina gratuita, ganó los primeros combates electorales y se afianza en las encuestas.

Según el último promedio nacional de RealClearPolitics, llega al 28% de intención de voto, 10 puntos por encima del ex vicepresidente Joe Biden y a más de 15 de Pete Buttigieg, Michael Bloomberg y Elizabeth Warren, los otros postulantes con chances.

El senador por Vermont, que perdió la nominación del 2016 a manos de Hillary Clinton por mucho menos votos de lo que nadie imaginaba al comienzo de la carrera electoral, ganó las internas en Iowa, New Hampshire y Nevada (aunque gracias al sistema de elección indirecta que impera en ese país quedó detrás del candidato centrista Pete Buttigieg en Iowa a pesar de triunfar en el voto popular).

Aunque sólo se disputaron 100 representantes al Congreso partidario de los cerca de 4000 en juego, Bernie cuenta con casi la mitad de ellos y no para de crecer en los sondeos aún en distritos donde hasta no hace mucho no tenía chances.

El caso de Carolina del Sur es demostrativo. En 2016 Hillary le ganó a Sanders por 75% a 25% y hasta hace poco, el ex videpresidente Joe Biden se encaminaba a un triunfo cómodo allí. Pero en los últimos días los números comenzaron a emparejarse. Si el socialista gana en este lugar, su figura llegará muy fortalecida al "supermartes", momento en que se dirimirán las internas más populosas de California y Texas, entre otros 12 distritos y se pondrán en juego casi 1400 delegados, es decir el 34% del total.

Quién es Sanders

El neoyorquino Bernard 'Bernie' Sanders nació en 1941 en el seno de una familia judía que fue diezmada por el Holocausto.

Es un histórico activista por los derechos civiles y como estudiante fue miembro de la Liga Socialista de la Juventud. Fue alcalde de Burlington, la ciudad más grande de Vermont como candidato "independiente". En esa misma condición fue reelegido tres veces como intendente, más tarde representante al Congreso nacional y finalmente senador en dos ocasiones, la última vez en 2012 con el 71% de los votos.

Es un antibelicista convencido y fue un duro opositor a la Guerra de Irak. Postula, entre otras cosas, que hay que ampliar la asistencia universal de salud, cobrarles más impuestos a los ricos y luchar contra el cambio climático. Además es un firme defensor de los derechos LGTB y un crítico implacable con la discriminación racial en el sistema de justicia.

La sorpresa que representó el triunfo de Trump en las internas republicanas de 2016 y su victoria en las nacionales demuestran que el elector estadounidense ya no es tan predecible.

Todos contra Bernie

Desde siempre, el rebelde Sanders se acercó a las ramas más progresistas del partido Demócrata, pero sin ser uno de ellos. Pero el sistema electoral en Estados Unidos impide que un postulante independiente tenga alguna chance de vencer en las elecciones presidenciales. Esto hizo que debiera ingresar formalmente a las filas del partido azul para competir por la presidencia.

Esta práctica, que es común en la política norteamericana porque permite seducir a votantes que buscan alternativas fuera de los cánones tradicionales de los partidos mayoritarios y sumarlos a la causa común, hoy tiene desorientado al establishment del partido Demócrata.

La posibilidad de que este "outsider" de 78 años sea finalmente el candidato demócrata a la presidencia y que finalmente ocupe la Casa Blanca tiene a la opinión publica estadounidense alterada.

En los últimos días se multiplicaron los ataques directos editorialistas de diferentes medios de comunicación, figuras del ambiente empresario, representantes del partido Republicano y -sobretodo- de miembros del partido Demócrata, además de sus adversarios en la interna.

Aunque las encuestas marcan que en un hipotético choque Trump - Sanders triunfaría el segundo por muy escaso margen, las críticas de sus adversarios internos advierten de la debilidad que significaría para el partido tener a semejante personaje a la cabeza.

El candidato del ala moderada, Pete Buttigieg, ex alcalde de South Bend, Indiana, comparó al senador por Vermont con el presidente y señaló mordazmente "Si crees que los últimos cuatro años han sido caóticos, divisivos, tóxicos, agotadores, imagina pasar la mayor parte de 2020 con Bernie Sanders versus Donald Trump".

Por su parte, el multimillonario Michael Bloomberg, que también se lanzó a la presidencia por el partido demócrata puso en duda las posibilidades reales del favorito. "¿Alguien Imagina a republicanos moderados yendo a votar por él?", preguntó.

Desde el bunker de Trump consideran que una candidatura de Sanders los puede favorecer. Queda claro que es un blanco fácil de atacar. Donald Trump le dice el "loco Bernie" y los analistas alineados al partido republicano, como Andrés Oppenheimer en la CNN, señalan que es la mejor opción electoral para que el presidente logre la reelección.

Los costos del Medicare y los elogios a Fidel Castro

Cada declaración de Sanders a los medios de comunicación desata una andanada de críticas de todos los sectores y pone de mal humor a los sectores demócratas más conservadores.

En una entrevista Sanders planteo que los costos de la ampliación del programa de salud gratuita Medicare se financiará con más impuestos, aunque reconoció que no sabe cuantos recursos deberán sumar al plan.

Desde el bunker de Biden le respondieron que el programa será "insostenible", que los costos serán "astronómicos" y que los deberán pagar las familias estadounidenses.

Otro grupo "centrista" del partido advirtieron que el costo llegará a u$s 60 billones y acusan a Sanders de no tener idea de lo que hace.

Desde los grupos ligados a las comunidades latinas, sobre todo las cubanas de La Florida, le acusaron al "socialista" de ofenderlos con su defensa del tirano Fidel Castro.

Sanders había elogiado el programa educativo del régimen comunista de Cuba, pero los grupos anticastristas reaccionaron de manera virulenta.

La andanada de críticas fue numerosa. La congresista demócrata Donna Shalala, por ejemplo, tuiteó: "Espero que en el futuro, el senador Sanders tome tiempo para hablar con algunos de mis electores antes de que decida cantar el alabanzas de un tirano asesino como Fidel Castro".

El republicano Marco Rubio, en tanto, señaló: “el probable candidato demócrata alabó los supuestos 'logros' del régimen de Castro. Y se equivoca acerca de por qué la gente no derrocó a Castro. No es porque "él educó a sus hijos, les dio atención médica", sino porque sus oponentes fueron encarcelados, asesinados o exiliados .

Tensiones en Wall Street

El mundo de Wall Street es el blanco predilecto del senador por Vermont. Entre sus propuestas figuran el aumento de los impuestos a los más ricos y endurecer los controles a la banca y las finanzas.

Por supuesto, las críticas desde este sector son feroces. Por caso, Leon Cooperman, un multimillonario administrador de fondos de pensión, lo "acusó" de "comunista" y dijo que representa para los mercados una amenaza mayor que la epidemia del nuevo coronavirus.

Por su parte, el ex CEO y presidente de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, aseguró que Sanders "arruinará nuestra economía".

No quedan dudas de que los inversores prefieren que el candidato sea Michael Bloomberg, que ostenta el puesto número 12 entre los más ricos del mundo. El multimillonario puede llegar a destinar un billón de dólares de su patrimonio en la campaña y espera arrbatarle el puesto a su archienemigo interno.

El mundo de las finanzas apuesta a que el milagro se consume y no pocos temen que una candidatura del "socialista" desate una crisis financiera. Por eso es de esperarse que el mundo de los negocios actúe con todas sus fuerzas para impedir su triunfo.

Pero el "as en la manga" de Bernie es justamente este aspecto de la pelea política. Durante años los estadounidenses vieron como los sucesivos gobiernos salvaron a los bancos y ampliaron la brecha económica entre los más ricos y los más pobres. Y muchos desencantados de la política ven una oportunidad para intervenir en favor de sus intereses. Por eso es que las críticas a Wall Street son la punta de lanza de su campáña política.

La pregunta es si podrá gobernar con ese poderoso mundo en contra.

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