Innovación: un desafío presente y futuro para las empresas
En un contexto económico y social en el que todo cambia continuamente y a gran velocidad, el concepto de "empresa innovadora" aparece como motor de transformación para la sociedad. La innovación constituye una garantía de competitividad frente a la incertidumbre, moviliza fuerzas y aspiraciones, genera cultura y crea clima de equipos participativos y ganadores.
La innovación resulta imprescindible y se ha vuelto un factor de diferenciación en cualquier rubro o mercado. A su vez es innegable que las empresas se encuentran interpeladas por la sociedad y las nuevas generaciones, que también aspiran a que las organizaciones seamos mejores. De esta manera, el desafío de responder y superarnos día a día brindando productos y servicios cada vez más innovadores marcan la agenda y este proceso se presenta como un elemento estratégico para el éxito organizacional, vinculado tanto a la gestión empresarial como a las políticas públicas.
Atender a la demanda de ser cada vez más innovadores es sin dudas el camino a seguir y necesita de cada uno de nosotros: con nuestras diferencias, acuerdos y vivencias. Aquí y ahora la urgencia es cooperar para innovar en todos los niveles. Los valores de una cultura que tiene como foco la innovación, son una de las principales ventajas competitivas a medio y largo plazo. Trabajar inmediatamente en ellos, debe ser un objetivo a abordar de inmediato para todas las compañías.
Para las empresas de ciencias como es el caso de Bayer, la innovación no sólo es una obligación, sino que es una decisión de modelo de negocio. Sabemos que fue, es y será central para ser competitivos en un mundo altamente desafiante. Tenemos un fuerte compromiso y el gran desafío de dejar huella para las generaciones futuras, estamos en un momento en el que, gracias a la innovación y a la tecnología, podemos hacer historia y marcar la diferencia tanto para el agro como para la salud.
La clave está en innovar con responsabilidad, y para ello, la tecnología y la sustentabilidad son los ejes distintivos en los que las empresas nos tenemos que apoyar, para responder a nuestro deber como sociedad. Por ejemplo, buscando soluciones para los grandes desafíos de la humanidad como ser como ser el uso racional del agua, la vida activa y alimentación saludable, la eficiencia energética y cambio climático, la biodiversidad, el respeto y protección de los derechos humanos y laborales, entre otros.
Otro punto imprescindible para llevar adelante cualquier proceso innovador en las organizaciones es el liderazgo; que sea fuerte y moderno, que acepte los riesgos, emprendimientos, fracasos, resurgimientos y por sobre todo, que escuche y busque el consenso.
Un liderazgo que valore la diversidad, que priorice y potencie la inclusión, que sepa transformar las diferencias en virtudes y oportunidades. Un liderazgo que tenga como prioridad construir una cultura inclusiva, de manera tal de generar valor y potenciar el talento y empoderamiento de los colaboradores, otorgándoles oportunidades e impactando positivamente no sólo en ellos sino en toda la sociedad.
Otro factor clave, es lograr que la innovación sea transversal a todos los negocios o servicios de una compañía y que se involucre a toda la cadena de valor. El cambio y la responsabilidad de dejar una huella positiva en el mundo, está en cada uno de nosotros.
Es la sociedad quien mantiene viva a las organizaciones, pero somos también las organizaciones quienes tenemos la responsabilidad de retribuir a la comunidad. Atender a las demandas de ser cada vez más innovadores, es el primer paso para que en conjunto construyamos un mundo mejor.
La innovación es un desafío, pero sobre todo es una oportunidad. Estoy convencido de que juntos podemos construir un futuro en el que haya salud para todos y hambre para nadie. Esa es nuestra visión, la que nos mueve, nos impulsa y nos inspira a innovar hoy, para un mejor mañana.
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