

Considerada como reina del Paraná y reina del amor, Nuestra Señora de Itatí fue proclamada el 23 de abril de 1918 como patrona y protectora de las provincia de Corrientes y Misiones.
Si bien su fiesta religiosa es el 9 de julio, un 16 de julio fue coronada por la máxima figura de la Iglesia Católica, en el Papa León XIII y por eso sus devotos la tienen presente este día y se acercan a rendirle honores.
Historia de la Virgen de Itatí
La Virgen de Itatí es una de las advocaciones marianas más veneradas en la Argentina. Su culto tiene una fuerte raíz en la religiosidad popular del nordeste del país, y su historia combina hechos históricos, tradición oral y una profunda devoción que se mantiene hace más de cuatro siglos.
A comienzos del siglo XVII, a orillas del río Paraná, los indígenas guaraníes comenzaron a relatar la aparición de una mujer resplandeciente que irradiaba luz y transmitía paz.

Los misioneros franciscanos, que estaban evangelizando la región, interpretaron el fenómeno como una manifestación de la Virgen María, y pronto instalaron una imagen traída de España en una humilde capilla de la zona.
Con la fundación de la reducción de Santa Ana de los Indios del Valle de Itatí en 1615, el culto a la Virgen comenzó a consolidarse. La imagen, tallada en madera y con rasgos mestizos, refleja el encuentro de culturas entre el mundo europeo y las raíces guaraníes. Muy pronto, se le atribuyeron milagros: curaciones de enfermos, unión de familias enfrentadas, protección frente a peligros del río, intervenciones en conflictos tribales, y conversiones espirituales. La devoción fue creciendo con fuerza en toda la región del Litoral.
En 1900, el Papa León XIII, a través de un decreto pontificio, concedió la coronación canónica de la imagen de la Virgen de Itatí, en reconocimiento a los favores y milagros atribuidos a su intercesión. La ceremonia de coronación tuvo lugar el 16 de julio de 1900, y fue un evento de gran significado religioso para todo el país. Desde entonces, la Virgen de Itatí es reconocida oficialmente por la Iglesia como Reina y Patrona de Corrientes.
A lo largo del siglo XX, la devoción continuó expandiéndose. En 1950, se inauguró la actual Basílica de Nuestra Señora de Itatí, un majestuoso templo con una cúpula de más de 80 metros de altura, considerada una de las más grandes de América del Sur y que se convirtió en uno de los principales centros de peregrinación de Argentina.
Milagros de Nuestra Señora de Itatí
Aunque muchos de estos milagros no están formalmente documentados o canonizados por la Iglesia, el testimonio popular y la fe sostenida a lo largo de siglos han consolidado la figura de la Virgen de Itatí como milagrosa.

Durante sequías prolongadas, incendios o inundaciones graves, la gente de Itatí se encomendó a la Virgen. En muchas ocasiones, se dice que la situación se revirtió poco después. Según el relato litoraleño, en una sequía en el siglo XIX, los pobladores organizaron una procesión con la imagen de la Virgen, y al poco tiempo comenzó a llover intensamente, salvando las cosechas.
Al estar vinculada al río Paraná, uno de los milagros más frecuentes es la protección de pescadores y navegantes. Hay relatos de personas que fueron salvadas de ahogarse o de naufragios gracias a la intervención de la Virgen.
También, como sucede con diversos santos, devotos aseguran haber sido curados de enfermedades graves o crónicas luego de encomendarse a la Virgen de Itatí.
Oración a la Virgen de Itatí
Tiernísima Madre de Dios y de los hombres
que bajo la advocación de la pura y limpia
Concepción de Nuestra Señora de Itatí miraste con ojos de misericordia por más de cuatro siglos a todos los que te han implorado,
no deseches ahora las súplicas de este tu hijo,
que humildemente recurre a ti...
Atiende mis necesidades, que tu mejor que yo las conoces.
Y, sobre todo, Madre mía, concédeme un gran amor a tu divino Hijo Jesús
y un corazón puro, humilde y prudente, paciencia en la vida,
fortaleza en las tentaciones y consuelo en la muerte.
Así sea. Amén.















