

Tras el fracaso del concurso preventivo abierto desde abril de 2024, la Justicia confirmó la quiebra de Alimentos Refrigerados Sociedad Anónima (ARSA). Se trataba de una empresa que había adquirido el Grupo Vicentin en su momento y que fabricaba reconocidos yogures y postres de SanCor.
Tenía operaba dos plantas clave: una en Arenaza (Lincoln, Buenos Aires) con 180 empleados y otra en Monte Cristo (Córdoba) con unos 200 trabajadores.
A pesar de sus orígenes prometedores, la empresa acumuló deudas con proveedores, transportistas y empleados, con atrasos salariales desde 2023 y suspensiones masivas.
Historia de ARSA: de la adquisición de SanCor a la profunda crisis
ARSA surgió en 2016 como un vehículo para la adquisición de la división de productos refrigerados de SanCor Cooperativas Unidas Ltda., comprada por el Vicentin Family Group (VFG), holding ligado al grupo Vicentin, por unos u$s 100 millones.

Inicialmente vista como “la última joya” del imperio Vicentin, la empresa prometía modernización e inversión, pero las promesas se evaporaron rápidamente. En 2019, inversores vinculados a Vicentin y al fondo BAF Capital tomaron el control, con el objetivo de mantener viva la línea de postres y yogures de SanCor bajo licencia.
Sin embargo, la gestión pasó hace dos años y medio a manos de la venezolana Maralac S.A., controlada por los hermanos Manuel y Alfredo Fernández, quienes también manejan La Suipachense.
En abril de 2024, ARSA abrió un concurso preventivo para evitar la quiebra, pero ningún inversor —incluyendo rumores sobre Inverlat (dueños de Havanna) o Werthein y CarVal— se presentó para un salvataje.
El juez Federico Güerri, del Juzgado Comercial N.º 29, Secretaría 58, dictaminó finalmente la liquidación total, inhibiendo bienes y embargando fondos.
Productos icónicos que desaparecen: Yogures y flanes SanCor en jaque
ARSA era el corazón de la producción de postres lácteos refrigerados para SanCor, una marca sinónimo de tradición argentina en la lechería. Entre sus productos estrella se encontraban:
- Yogures: líneas como Yogs y Primeros Sabores, ideales para el desayuno familiar.
- Flanes y postres: incluyendo flanes caseros SanCor, Shimy, Sancorito, Sublime y Vida, que conquistaron generaciones con su sabor casero y accesible.
Estos ítems no solo abastecían góndolas en todo el país, sino que representaban un pilar de la cadena láctea argentina, con presencia en supermercados y exportaciones limitadas.
La quiebra interrumpe abruptamente su fabricación, generando incertidumbre sobre el futuro de la marca SanCor, que ya lidia con su propio concurso preventivo y deudas por más de US$ 400 millones.
Causas de la quiebra: ¿crisis económica o mala gestión?
La empresa atribuyó su colapso a la “situación general de la economía argentina”: caída del consumo, inflación galopante, encarecimiento de materia prima (leche cruda), subas salariales, devaluaciones. También apuntan a las políticas de control de precios, como el programa Precios Justos implementado en agosto de 2023 por el gobierno anterior.
Cortes de energía por falta de pago y paralización de plantas en 2024 agravaron el panorama, con trabajadores denunciando incumplimientos ante el sindicato Atilra.
Sin embargo, voces del sector lácteo apuntan a una gestión ineficiente y posiblemente fraudulenta. Expertos destacan que el concurso no se tramitó de forma transparente, y que los problemas de ARSA no se limitan a la coyuntura: sobreoferta de leche, restricciones a exportaciones y desequilibrios en la cadena de pagos erosionan a pymes como esta.
El fracaso en vender la empresa —bloqueado por causas judiciales de Vicentin— selló su destino.
Impacto en los trabajadores: más de 400 familias afectadas
El golpe más duro recae en los empleados: al menos 400 trabajadores perdieron sus puestos, muchos con más de 30 años de antigüedad en la ex SanCor.
Atilra exige responsabilidades a inversores y controlantes, reclamando indemnizaciones y haberes adeudados. “No fue solo una quiebra: fue irresponsabilidad empresarial”, denunciaron desde el gremio.
La comunidad de Sunchales y Lincoln, dependiente de estas plantas, suma malestar por la falta de respuestas de directivos como Santiago Jesús Segovia Brun, quien deberá rendir explicaciones judiciales en diciembre.













