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Aunque dormir es una necesidad fisiológica, la postura que cada persona adopta durante la noche puede ofrecer pistas sobre su personalidad, su estado emocional e incluso ciertos hábitos inconscientes.

Especialistas en lenguaje corporal y estudios sobre el sueño coinciden en que estas posiciones, si bien no constituyen un diagnóstico clínico, sí permiten interpretar aspectos internos que no siempre se expresan de manera consciente.

Uno de los trabajos más citados es el del investigador británico Chris Idzikowsky, del Instituto del Sueño del Reino Unido, quien analizó miles de casos y estableció seis posturas frecuentes, cada una vinculada a rasgos de carácter y comportamientos específicos.

A partir de ese estudio y de aportes de la psicología del comportamiento, se describen a continuación las interpretaciones más comunes.

¿Cuál es el significado de la posición a la hora de dormir?

Posición fetal

La posición fetal es la más frecuente, adoptada por más del 40% de las personas. Dormir con las rodillas hacia el pecho, suele asociarse con una personalidad sensible que busca protección o seguridad.

Según los estudios, quienes eligen esta postura pueden mostrar fortaleza durante el día, pero conservan una emocionalidad profunda y reservada. También aparece en momentos de estrés o cuando existe una necesidad marcada de contención emocional.

Boca arriba

Dormir boca arriba con los brazos extendidos a los costados se relaciona con personas tranquilas, reservadas y exigentes tanto consigo mismas como con los demás. Representa aproximadamente el 8% de los casos analizados.

Esta postura refleja disciplina, objetivos claros y una actitud optimista. No obstante, en el plano físico puede favorecer los ronquidos o complicar el descanso en quienes presentan dificultades respiratorias.

Boca abajo

Quienes duermen boca abajo abrazando la almohada suelen ser sociables, extrovertidos y abiertos a nuevas experiencias. Este grupo representa alrededor del 7% de los participantes.

Sin embargo, esta postura también puede sugerir una tendencia a buscar control en situaciones inciertas, así como sensibilidad a la crítica. Es una de las posiciones más recomendadas para mejorar la digestión, aunque puede generar tensión en la zona lumbar si se mantiene durante largas horas.

De lado con piernas rectas

Un 15% de las personas duerme de lado con el cuerpo estirado. Esta postura refleja una personalidad sociable, relajada y confiada.

Suelen ser personas que se adaptan con facilidad a distintos entornos y grupos, aunque la excesiva confianza puede exponerlas a cierta ingenuidad. Desde el punto de vista fisiológico, es una de las posiciones más saludables para la columna y la respiración.

De lado con brazos extendidos

Esta variante de la postura lateral, donde los brazos se estiran hacia adelante, combina apertura y análisis.

Según los especialistas, quienes duermen así tienden a ser reflexivos, algo desconfiados y suelen tomarse tiempo para tomar decisiones. Sin embargo, una vez que eligen un camino, lo sostienen con firmeza. Esta posición aparece en aproximadamente el 13% de los casos estudiados.

Estrella de mar

Dormir boca arriba con los brazos extendidos hacia los lados es una postura menos frecuente (5%), pero con significados particulares.

Se asocia con personas empáticas, confiables y orientadas al apoyo emocional de los demás. Suelen ser buenos oyentes y prefieren acompañar antes que destacar.

En lo físico, esta posición puede generar ronquidos o malestar respiratorio, pero desde la perspectiva emocional revela una actitud generosa y desinteresada.

¿La postura al dormir puede cambiar con el tiempo?

Las investigaciones muestran que la mayoría de las personas mantiene la misma postura a lo largo de los años. Solo un 5% declara cambiar de posición cada noche, lo que sugiere que estos hábitos están profundamente arraigados y se relacionan con patrones estables de personalidad o estados emocionales persistentes.

Además, algunos factores físicos influyen en la elección de una postura: dormir boca abajo puede aliviar molestias digestivas, mientras que dormir boca arriba puede empeorar los ronquidos o las apneas.

¿Qué dice la psicología sobre estas interpretaciones?

La psicología y el lenguaje corporal coinciden en que las posturas al dormir no son un método de diagnóstico, pero sí una herramienta que permite observar comportamientos inconscientes.

La forma en que una persona descansa, cuando ya no controla su postura ni sus gestos, puede reflejar necesidades emocionales, rasgos internos o mecanismos de adaptación.

Por eso, aunque estas interpretaciones no deben tomarse como verdades absolutas, sí ofrecen una mirada complementaria para comprender cómo se relacionan el cuerpo, la personalidad y las emociones en el ámbito del descanso.