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Durante años, el azúcar fue señalado como el principal responsable de las caries. Sin embargo, una nueva investigación científica apunta hacia otro culpable inesperado: los almidones.

Pan, fideos, papas fritas y otros alimentos ricos en carbohidratos podrían estar dañando tus dientes sin que te des cuenta. Y lo más sorprendente: la clave estaría en tus genes.

Un estudio revela el rol de la genética en la aparición de caries

Investigadores de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, descubrieron que no todas las personas metabolizan los almidones de la misma forma. La diferencia está en un gen llamado AMY1, responsable de producir amilasa salival, una enzima que descompone el almidón en azúcar durante la masticación.

Mientras algunos individuos tienen apenas dos copias de este gen, otros pueden contar con hasta 20. ¿La consecuencia? Quienes poseen más copias generan más enzimas, y por lo tanto convierten los almidones en azúcares de manera más rápida, alimentando así a las bacterias que causan caries.

¿Por qué algunas personas tienen más copias del gen AMY1?

La explicación está en la evolución. Nuestros antepasados adaptaron su genética en función de la dieta disponible. En regiones donde predominaban los alimentos ricos en almidón -como granos, cereales y raíces-, se desarrollaron más copias del gen para facilitar la digestión. En cambio, en culturas donde el consumo de proteínas era más alto, la cantidad de AMY1 tiende a ser menor.

Esto significa que si venís de una familia con tradición panadera o consumidora de pastas, es más probable que tu boca convierta esos carbohidratos en azúcar rápidamente, lo que favorece la proliferación de bacterias nocivas.

Cómo proteger tu salud bucal más allá del azúcar

Aunque este descubrimiento no implica eliminar los almidones de la dieta, sí señala la importancia de reforzar los hábitos de higiene dental:

  • Cepillarse los dientes después de consumir alimentos ricos en almidón.

  • Beber agua tras las comidas para ayudar a eliminar restos de alimentos y reducir el nivel de azúcar en la boca.

  • No subestimar los carbohidratos: aunque no tengan sabor dulce, pueden ser tan perjudiciales como el azúcar para la salud dental.

¿Una dieta personalizada según tus genes?

Este hallazgo abre la puerta a una odontología más personalizada, en la que factores genéticos puedan ser tenidos en cuenta para evaluar el riesgo de caries y definir estrategias preventivas. Por ahora, lo esencial es saber que el pan, las pastas y las papas no son tan inocentes como parecen y que tu genética podría estar jugando a favor -o en contra- de tu sonrisa.