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Una de las principales causas de mortalidad en el mundo son las enfermedades cardiovasculares, y muchos hábitos diarios podrían aumentar las probabilidades de sufrir estas afecciones graves.
La Asociación Americana del Corazón (AHA) identificó una serie de actividades que, sumándolas en la rutina,pueden reducir hasta en un 80% la posibilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular.
1. Alimentación: la dieta adecuada para el corazón
La AHA recomienda seguir una dieta rica en frutas, verduras, cereales, proteínas magras y grasas saludables. Además, se requiere evitar el consumo de grasas saturadas, grasas trans, sodio y azúcares añadidos.
Esto es típico de una dieta mediterránea, que la asociación indica para reducir hasta en un 30% el riesgo de infartos, ictus o muerte cardiovascular.
2. Ejercicio: la actividad física fundamental para la salud cardiovascular
La actividad física es fundamental para mantener una buena salud, y según la AHA el ejercicio regular reduce el riesgo de enfermedades cardíacas en un 30%. Al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado logran marcar la diferencia.
¿Para qué sirve realizar ejercicio?
- Mejorar la presión arterial
- Reducir el colesterol
- Controlar el peso

3. Descanso: el manejo de estrés y un sueño reparador son fundamentales
Uno de los factores de riesgo, según la American Heart Association, es el estrés crónico y la falta de sueño, enemigos silenciosos del corazón.
Se recomienda descansar por noche entre 7 y 9 horas, ya que la privación de sueño aumenta el riesgo de hipertensión y eventos cardíacos.
4. No más alcohol: el enemigo del corazón
Fumar y beber alcohol está asociado con el aumento del riesgo cardiovascular, por lo que dejarlo disminuye significativamente la posibilidad de sufrir este tipo de enfermedades.
La AHA recomienda que el máximo en adultos sea de una copa al día, ya que el consumo elevado aumenta la presión arterial y el riesgo de cardiomiopatía.
5. Chequeos regulares: monitorear el corazón es fundamental
Se recomienda el control regular de la presión arterial, colesterol, glucosa en sangre y el índice de masa corporal. Esto se debe a que un control adecuado reduce el riesgo de infarto en un 25%.
Además, visitar al médico periódicamente previene complicaciones, esto es fundamental para aquellas personas que tienen antecedentes familiares o factores de riesgo.
















