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Por una cuestión vinculada a la salud o simplemente por un tema de imagen, un alto porcentaje de la población le dedica tiempo y energía al físico. Y la alimentación no es un tema menor, por lo cual la gente persigue aquellas dietas que prometen resultados auspiciosos: una de ellas es el "Factor F", un plan basado en exceso de fibras y que regala algunos "permitidos".
La fibra es una palabra que no despertaba mucho interés al momento de escucharla por primera vez, pero con el transcurrir de los años esta percepción se fue alterando debido a las ventajas nutricionales que aporta. Sin ir más lejos, un plan de alimentación de la dietista Tanya Zuckerbrot (de Nueva York) se basa en la idea de que ingerir más fibra -lo que ella denomina "carbohidrato milagroso"-, nos ayudará a adelgazar.
"La fibra es un micronutriente que nos llena rápidamente, lo que nos mantiene satisfechos durante largos períodos de tiempo. Esta saciedad nos ayuda a evitar refrigerios innecesarios, lo que, en definitiva, puede llegar a impulsar la pérdida de peso", indicó Brigitte Zeitlin, nutricionista también oriunda de Estados Unidos.
Estas declaraciones no fueron antojadizas, sino que se enfocaron en una serie de estudios minuciosos. Según la revista Lancet, aquellos que más consumen fibra mostraron una disminución del 15% al 30% en la mortalidad por varias causas, incluidas las afecciones cardiovasculares, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y el cáncer colorrectal, en comparación con los que ingerían una menor cantidad.

Eso suena potencialmente milagroso. De todos modos, como cualquier régimen de pérdida de peso, cada caso debe tratarse de manera individual.
Qué es la fibra y cuánto se recomienda comer
La fibra forma parte de los alimentos vegetales que el organismo no puede absorber. Generalmente se presenta en dos maneras muy pronunciadas: soluble e insoluble. En el primer caso, está recomendada para ralentizar la digestión y suele darse en porotos, nueces, avena y algunas frutas y verduras; el segundo, en tanto, se visualiza en el pan y en los cereales integrales.
Esa cualidad es la que hace que juegue un papel muy importante en el mantenimiento de la microflora del colon, y que ayude a prevenir el estreñimiento.
Tal como suele ocurrir en estos casos, existen las recomendaciones. Los especialistas indican que lo más aconsejable es consumir entre los 25 y los 35 gramos diarios entre las diferentes comidas. La dieta del Factor F pide aumentar la ingesta de fibra y, para ello, se recomienda incorporarla en todas las comidas.
También incluye proteínas magras, y desalienta la privación que descarrila los sueños de tantas personas que hacen dieta. El enfoque que tiene trata de darle al cuerpo lo que necesita para funcionar de la manera en que se supone que debe hacerlo.
Lo más beneficioso de la dieta Factor F
La principal diferencia que presenta esta dieta con respecto a otras es que no está basada en la eliminación de un grupo de alimentos; hace énfasis en la flexibilidad y no descarta permitidos ni reducir la ingesta de alguna comida. Como su principal característica es el consumo de hidratos de carbono con altos niveles de fibras, de allí toma su nombre, con la letra F.
Los tres pasos de la dieta
- Fase uno: con una duración estimada de dos semanas, se debe implementar un consumo de 35 gramos de fibra y menos de 35 gramos de hidratos de carbono netos diarios. El total de calorías no debe ser superior a los 1200.
- Fase dos: en esta etapa el objetivo principal es perder peso. Se deben consumir entre 1260 y 1460 calorías por día, mientras se mantiene una alta ingesta de fibras y los hidratos aumentan a 75 gramos.
- Fase tres: este último paso es el de mantenimiento. Aquí la ingesta de calorías debe mantenerse entre 1600 y 2000 por día, y los hidratos no deben pasar de 125 gramos.













