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En el corazón de la Universidad Estatal de Michigan, un estudio científico botánico único en su tipo resiste la prueba del tiempo, proporcionando una visión única sobre la longevidad de las semillas.

Conocido como el "Experimento de Beal", este método pionero fue concebido por el ilustre botánico William James Beal en 1879 y continúa más de un siglo después. Ahora, con grandes y nuevas revelaciones.

El inicio de uno de los experimentos científicos más antiguos del mundo

En el año 1879, James Beal llenó 20 botellas con una mezcla de arena y semillas de diversas plantas, enterrándolas boca abajo en un lugar secreto dentro del campus de lo que hoy es la Universidad Estatal de Michigan.

Su visión era clara: observar cómo evolucionarían las poblaciones de plantas a lo largo del tiempo, en un ciclo de control que se prolongaría durante dos décadas. Las botellas estaban enterradas con la boca inclinada hacia abajo, para que el agua no se acumulara en ellas, indica Science Alert.

El objetivo principal era ayudar a los agricultores a descubrir cómo lidiar con las malas hierbas que persistían en el suelo, mucho antes de que se inventaran los pesticidas

La idea era desenterrar una botella cada 5 cinco años, pero actualmente ese procedimiento se hace cada 20 años.

Experimento de Beal: las semillas germinaron nuevamente

Resulta que, más de 140 años después, algunas de las semillas de la última botella desenterrada germinaron.

Investigadores de MSU evaluaron, en un último estudio, los genomas de las plantas cultivadas para determinar si realmente coincidían con los descritos por Beal, señala Science Alert.

"La mayor sorpresa para mí es que las semillas germinaron de nuevo", dice el biólogo de plantas Frank Telewski, de la MSU. "Es increíble que algo tan antiguo pueda seguir creciendo".

Estos descubrimientos reveladores contribuyen significativamente al entendimiento de la ecología de las plantas y la importancia de la variabilidad genética en la supervivencia a largo plazo.