El descanso profundo es tan importante que tiene una fecha para prestarle atención: el Día Mundial del Sueño, que se celebra hoy, y cuyo objetivo es concientizar sobre la importancia del buen dormir.

Desde 2008, el Día Mundial del Sueño se celebra cada viernes previo al equinoccio de otoño del hemisferio sur -y de primavera en el hemisferio norte- que este año, es el 17 de marzo.

En febrero de 2022 el alcalde de Nueva York reforzó las medidas para que la gente no duerma en el subte- Bloomberg
En febrero de 2022 el alcalde de Nueva York reforzó las medidas para que la gente no duerma en el subte- Bloomberg

Por lo pronto, los especialistas maximizan los esfuerzos para informar sobre los trastornos del sueño, que tienen consecuencias en la vida diurna y también a largo plazo.

"Las comidas muy pesadas de noche pueden provocar que uno no duerma bien por la digestión. Cuando el sueño se ve alterado, también se alteran las hormonas provocando que vayamos en busca de más comida: la leptina (hormona de la saciedad) disminuye. Por el contrario, el cortisol, que es la hormona del estrés,y la ghrelina (hormona del hambre) aumentan", sostiene la nutricionista Agustina Murcho, especializada en trastornos alimentarios.

La creadora de @nutricion.ag afirma que "en los trastornos alimentarios suele haber trastornos del sueño por la mala alimentación. Hay un neurotransmisor llamado "serotonina" que regula el sueño, además del placer. Cuando hay mala alimentación, la serotonina suele estar baja, por lo tanto, va a hacer que la calidad de sueño sea mala. Cuando la persona empieza a comer mejor, empieza a dormir mejor."

A su vez, la psicóloga Mara Fernández plantea que "algunas de las causas que pueden interrumpir el sueño reparador son: ansiedad, angustia, problemas digestivos, alimentación baja en nutrientes o excesiva, estrés, cuadro depresivo, trastornos de la conducta alimentaria".

"Es importante tener una alimentación balanceada, no usar dispositivos electrónicos por lo menos dos horas antes de acostarse, hacer alguna técnica de respiración, no hacer actividad física tres horas antes de la hora de dormir", aconseja Fernández.

La psicóloga Cecilia Salas Gatti, directora de Casaclub Baires -una ONG dedicada a construir comunidades de apoyo mutuo para la inclusión social y laboral de aquellas personas con padecimientos psíquicos persistentes-, explica que "las alteraciones del sueño no son una patología en sí misma".

Aplicaciones para monitorear el estado de sueño de ancianos en el celular - Bloomberg
Aplicaciones para monitorear el estado de sueño de ancianos en el celular - Bloomberg

Pero aclara que sin embargo, tienen serias implicaciones en el día a día de las personas, con síntomas como "bajo rendimiento, sensación de agotamiento constante, sueño en horarios diurnos, irritabilidad, desmotivación/desgano, dificultad para concentrarse, alteraciones en la memoria de trabajo (a corto plazo)".

Por otro lado, la psicóloga Olga Ricciardi, directora del Centro Especializado en Desórdenes Alimentarios (CEDA) explica que "el insomnio es un problema de salud muy importante ya que, en su forma crónica, se ha asociado a una reducción en la calidad de vida, pero también al rendimiento diario, a déficits cognitivos de memoria, a problemas de ansiedad y de depresión, y en muchas ocasiones queda asociado a trastornos de la conducta alimentaria".

La profesional destaca la relación de los trastornos del sueño asociados a los trastornos alimentarios: "La sensación de hambre es un obstáculo para conciliar el sueño. En la anorexia, el hambre no siempre se registra como tal; suele identificarse como dolor de estómago, lo cual justifica seguir ayunando o reduciendo la porción al mismo tiempo que se altera el buen dormir".

Y explica que en la bulimia, "el síntoma alimentario se presenta en el atracón y posterior vómito inducido, de modo compulsivo" y explica que esta conducta que genera "culpa y vergüenza a través del tiempo, se constituye en un ritual que el sujeto sostiene en la privacidad, especialmente en horarios nocturnos".

Al mismo tiempo, Ricciardi afirma que "los horarios nocturnos, en los que la familia descansa, suele ser el momento privilegiado para darle lugar a la práctica física con la finalidad de generar gasto calórico y, obviamente, el descenso de peso deseado. Esta actividad nocturna altera el sueño y con el transcurso del tiempo se genera la comorbilidad en relación al sueño."