

El huevo se convirtió en uno de los alimentos más valorados por la ciencia gracias a su alto contenido de proteínas, vitaminas y antioxidantes esenciales. Su consumo regular está asociado a una mejor salud muscular, mayor saciedad y un aporte nutricional más que completo.
Por eso, cada vez más investigaciones coinciden en que el huevo no solo es un alimento fundamental dentro de una dieta equilibrada, sino que puede ser un aliado clave para mejorar la calidad de la alimentación diaria. De tal modo, es importante conocer cuántos huevos pueden consumirse a diario y la forma más saludable.
Cuántos huevos se pueden consumir por día y semana
La mayoría de los estudios recientes concluyen que consumir entre 6 y 7 huevos por semana es totalmente seguro para personas sanas. Publicaciones científicas como The American Journal of Clinical Nutrition señalan que este nivel de ingesta no incrementa el riesgo cardiovascular, desmontando viejos mitos relacionados con el colesterol.

Además, el huevo aporta beneficios significativos al organismo gracias a las proteínas de alta calidad, vitamina D, vitaminas del grupo B, y minerales como el selenio y antioxidantes protectores de la visión como la luteína y la zeaxantina.
De tal modo, lo aconsejable es consumir entre 1 y 3 huevos por día, siempre y cuando se contemple qué tipo de actividades realiza una persona, ya que si desarrolla ejercicio físico a diario, estas cantidades son más que aceptables.
En tanto, la incorporación del huevo también dependerá en la forma en la se prepare ya que no es lo mismo, por ejemplo, comer huevo duro que frito, ya que la utilización del aceite influye en la cantidad de beneficios.
Las maneras más saludables de consumir huevo
La forma de preparación del huevo influye directamente en sus beneficios, ya que según el tipo de cocción, los nutrientes pueden conservarse o, en su defecto, disminuir.

De tal modo, los especialistas coinciden en que las opciones más saludables son las que requieren poca o ninguna grasa agregada:
- Huevo duro o pasado por agua: preserva gran parte de sus nutrientes y no requiere aceite.
- Huevo poché: liviano, suave y sin grasas añadidas.
- Huevo revuelto con mínima grasa: ideal con sartén antiadherente o una pequeña cantidad de aceite.
- Huevo en omelette: conserva los nutrientes y puede acompañarse con queso o simplemente consumirlo solo, lo que eleva las propiedades.
Por el contrario, los huevos fritos o las recetas con exceso de manteca incrementan calorías y grasas saturadas, por lo que se recomiendan solo ocasionalmente o no consumirlos de manera frecuente, ya que los beneficios pueden verse alterados.













