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Un grupo de científicos italianos revelaron por cuántos minutos hay que cocinar un huevo para aprovechar al máximo sus nutrientes de forma perfecta. Para algunos puede ser una tarea culinaria fácil, pero a otras se les complica a la hora de hacerlo y este truco les será sumamente útil.

De acuerdo a la revista Communications Engineering, esta técnica descubierta por la Universidad Federico II de Nápoles consiste en ocho ciclos y al menos 32 minutos de cocción para comer huevos duros de la mejor manera.

¿Cómo hacer un huevo duro perfecto?

Los científicos italianos indicaron que, para cocinar un huevo duro, deben entender que la clara del huevo (albúmina) y la yema necesitan dedos temperaturas diferentes: cerca de 85° Celsius para la primera y 65°C para la segunda.

En este caso, tendrán que utilizar dos ollas: una de ellas tiene que contener agua hirviendo, mientras que la otra debe mantenerse a 30° C. Además, un termómetro será esencial para llevar a cabo la técnica.

Paso a paso, cómo hacer el huevo duro, según la ciencia

  1. Deben hervir agua en una de ollas y preparar otra con 30° ayudándose con el termómetro
  2. Meter los huevos en el agua hirviendo por dos minutos
  3. Sacarlos e introducirlos en el otro recipiente de menos temperatura también por dos minutos. Aquí acabaría el primer ciclo.
  4. Repetir el proceso por ocho ciclos, es decir, por 32 minutos. Luego, tendrán los huevos duros perfectos.

Recomendaciones

Al introducir los huevos dentro del recipiente con menos calor, podrían elevar la temperatura del mismo. Por eso, los científicos indican que podrían comenzar con 28° C que después irá subiendo.

Otro consejo es rascar levemente la cáscara en uno de los extremos antes de cocinarlo. También deberían revolverlos cuando estén en el agua más fría.

¿Qué ventajas tiene cocinar el huevo por 32 minutos?

Ernesto Di Maio, director del FoamLab de la universidad y coautor del estudio, contó a National Geographic que descubrió la existencia de un chef que vendía huevos a 80 euros cada uno.

La técnica que usaba era cocinar la albúmina y la yema separadas y después "combinarlas de nuevo tras la cocción, de una forma bastante extravagante".

Tras el estudio, Di Maio y la estudiante de doctorado Emilia Di Lorenzo "quedaron maravilladoscon el sabor" del huevo con esta técnica.

No solo eso, sino que detectaron que esta perfecta cocción de las partes blancas y amarillas provocaba que el alimento tenga valores nutricionales mucho mayor a comparación con otros métodos.