

Tras más de 500 años de la llegada de Cristóbal Colón a América, se supo que su tripulación no estaba compuesta por tres carabelas, como afirman los libros de historia. Se trata de un mito acerca del navegante, el cual ahora fue desmentido.
Vale destacar que el explorador de la Corona de Castilla llegó a la isla de Guanahaní, que bautizó como San Salvador, en las actuales Bahamas, el 12 de octubre de 1492. A partir de aquí, hubo polémicas por su relación con los indígenas nativos y parte de la historia se cambió a lo largo de las generaciones.

El mito de las tres carabelas de Colón: cómo era realmente la tripulación
Uno de los relatos más románticos de la historia es el de las tres carabelas surcando el océano Atlántico: La Niña, La Pinta y La Santa María. Lo cierto es que esta narración no es del todo correcta, según explica un artículo de National Geographic.
La expedición partió el 3 de agosto de 1492 desde el Puerto de Palos de la Frontera, en Huelva (España), con tres embarcaciones, pero solo dos eran carabelas propiamente dichas:
- La Pinta y La Niña: estas eran carabelas ágiles y veloces, ideales para exploraciones costeras rápidas. Podían llevar entre 20 y 30 marineros cada una, con velas latinas que permitían maniobras precisas en aguas desconocidas. La Pinta estaba al mando de Martín Alonso Pinzón, y La Niña, de Vicente Yáñez Pinzón.
- La Santa María: esta era una nao, no una carabela. Más grande y robusta, servía como buque insignia para transportar provisiones, una tripulación mayor y resistir las largas travesías oceánicas. Colón la capitaneó personalmente.
Esta combinación estratégica fue clave para el éxito del viaje, que buscaba una ruta hacia las Indias, pero terminó en el “Nuevo Mundo”. El error común surge de simplificaciones en textos escolares y narrativas populares, pero documentos históricos como los diarios de Colón confirman esta distinción.
Otros mitos desmentidos acerca de Cristóbal Colón y sus viajes a América
La vida de Colón y sus cuatro viajes a América entre 1492 y 1504 desataron diferentes hipótesis y mitos. Algunos de ellos se desmintieron, mientras que otros siguen siendo un misterio:
¿Cristóbal Colón era español?
Aunque se le asocia con España por sus viajes bajo la corona de los Reyes Católicos, Colón nació en Génova (Italia) alrededor de 1451.
Sin embargo, hay debates: un estudio genético reciente sugiere que podría haber sido judío sefardí de origen español (posiblemente de Valencia), convertido al catolicismo para huir de la Inquisición.
Fuentes como la Enciclopedia Britannica lo catalogan como explorador italiano, pero su identidad sigue siendo un enigma fascinante.
Colón no fue el primer europeo en llegar a América
No lo fue. El vikingo Leif Erikson llegó a Norteamérica (posiblemente Terranova) alrededor del año 1000 d.C., según sagas nórdicas. Pero su impacto fue mínimo, sin colonizaciones duraderas.
Colón brilla por ser el catalizador del contacto sostenido entre Europa y América, iniciando la era de la globalización con el famoso intercambio colombino (maíz a Europa, caballos a América, y viceversa).
La reina Isabel no empeñó sus joyas para financiar el viaje
Otro cuento romántico, popularizado en el siglo XVI por el cronista Bartolomé de las Casas. Isabel ofreció un apoyo modesto, pero el grueso del financiamiento vino de banqueros genoveses y florentinos en Sevilla. Incluso Colón aportó más de un tercio de su bolsillo. Nada de joyas reales en juego.
Colón no demostró que la Tierra era redonda
Para 1492, la esfericidad de la Tierra era un consenso científico desde la Antigua Grecia (gracias a Eratóstenes). El debate real era sobre el tamaño del planeta y la distancia a Asia, que Colón subestimó en un 25%. Además, el motín de la tripulación se debió a hambre y sed en alta mar, no a miedos de “caer del borde”.













