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Uno de los nuncios apostólicos más importantes de la Iglesia católica describió que fue bombardeado tras una ola de misiles que impactaron en este barrio donde se encuentra la representación del Vaticano en la región.

"Vi con mis propios ojos drones sobrevolando la Nunciatura. No sé qué buscaban. Oí varias explosiones, dos de ellas muy cerca. Nuestra sede sufrió daños en el techo, el garaje y zonas de servicio", relató el arzobispo local.

¿Cuál fue la iglesia que recibió los bombardeos por la guerra?

El nuncio apostólico en Ucrania puso de manifiesto la grave situación que se vive en la capital Kiev donde la sede católica fue uno de los múltiples edificios afectados por el masivo ataque con drones y misiles balísticos lanzado por Rusia entre la noche del 9 y la madrugada del 10 de julio.

Según las fuentes oficiales del Vaticano, "las explosiones estremecieron la ciudad, se desataron incendios y hubo víctimas". Los impactos en la edificación cristiana ubicada en el barrio de Shevchenkivskyi fueron por fragmentos de drones que impactaron otras viviendas residenciales.

El arzobispo local, monseñor Visvaldas Kulbokas, explicó que "los ataques son cada vez más frecuentes y más violentos" en comparación de los últimos tres años cuando se agravó la situación. En esta semana, cayeron "decenas de misiles y drones".

¿Qué dijo la Iglesia católica sobre los bombardeos?

El representante eclesiástico en Kiev señaló que "lo más inquietante es que los drones apuntan claramente a zonas civiles" y narró que, junto a los vecinos y cercanos, escucharon de cerca distintas explosiones.

"Afortunadamente, todos estamos bien. Pero impresiona ver y escuchar explosiones tan cercanas. Cada mañana en misa rezamos por todos los afectados", sentenció el referente episcopal.

"Vi con mis propios ojos cómo sobrevolaban la Nunciatura y las casas vecinas. En los edificios residenciales cercanos -uno a 70 metros, otro a 90- también hubo daños. Nuestra sede sufrió afectaciones en el techo del edificio principal, en el garaje y en los servicios auxiliares", profundizó Kulbokas.

"La situación también afecta a la vida diaria. Hoy, nuestros colaboradores no pudieron llegar a tiempo a trabajar porque las calles estaban bloqueadas por los escombros. Todo esto nos lleva a rezar aún más intensamente, pidiendo a Dios que nos conceda la paz que los hombres no logran alcanzar", remarcó el arzobispo de Kiev.

"Solo puedo pedir oración. Confío profundamente en la fuerza de la oración. Tal vez no seamos dignos de recibir esta gracia, pero en este Año Jubilar nos acogemos a la misericordia de Dios. Invito a todos a unirse: recemos juntos, una y otra vez", cerró.