

En las proximidades de las majestuosas pirámides de Giza, un nuevo secreto salió a la luz y sorprendió a todos los expertos. Un equipo científico con profesionales de Japón y de Egipto identificó una desconcertante estructuraen forma de L y una anomalía más profunda, ocultas a simple vista en una de las necrópolis más importantes del antiguo Egipto.
El descubrimiento tuvo lugar en el Cementerio Occidental, un área destinada al enterramiento de miembros de la familia real y altos funcionarios del Reino Antiguo.
Curiosamente, la zona específica de la investigación era un terreno aparentemente baldío, sin las mastabas (tumbas de techo plano) que caracterizan el resto del cementerio. Esta ausencia de estructuras superficiales había mantenido el lugar al margen de excavaciones previas, convirtiéndolo en un lienzo en blanco para los arqueólogos.

Qué son las pirámides de Giza
Las Pirámides de Giza son un conjunto de tres impresionantes estructuras funerarias ubicadas en la meseta de Giza, cerca de El Cairo, Egipto. Estas pirámides fueron construidas para los faraones Keops, Kefrén y Micerinos, durante la cuarta dinastía del Imperio Antiguo de Egipto.
La de Keops es la más grande de las tres, con una longitud promedio de cada lado en la base de 230 metros y una altura original de 147 metros. La pirámide central fue construida para Kefrén: la estructura mide 216 metros de lado y originalmente tenía 143 metros de altura. La pirámide más meridional y última en construirse, la de Micerino, mide 109 metros de lado a lado, y la altura completa de la estructura es de 66 metros.
En la antigüedad, se incluyeron entre las Siete Maravillas del Mundo. Las antiguas ruinas de la zona de Menfis , incluidas las pirámides de Guiza, Saqqara , Dahshr , Abu Ruwaysh y Abu Shir , fueron designadas colectivamente como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El misterioro hallazgo en las pirámides de los investigadores
El equipo de investigación, una colaboración entre la Universidad Internacional Higashi Nippon, la Universidad de Tohoku y el Instituto Nacional de Investigación en Astronomía y Geofísica de Egipto (NRIAG), empleó tecnología de punta para "ver" bajo tierra.
Entre 2021 y 2023, utilizaron métodos no invasivos como el radar de penetración terrestre (GPR) y la tomografía de resistividad eléctrica (ERT), que permiten mapear el subsuelo sin mover un solo grano de arena.
Los datos revelaron una primera sorpresa a unos dos metros de profundidad: una estructura en forma de L que mide aproximadamente 10 por 15 metros. Los análisis sugieren que fue rellena con arena después de su construcción.
Motoyuki Sato, de la Universidad de Tohoku, afirmó que la forma definida de la anomalía difícilmente puede ser natural, lo que apunta a un origen artificial.

Pero las revelaciones no terminaron ahí. Más abajo, a profundidades de entre 5 y 10 metros, la tomografía de resistividad eléctrica detectó una segunda anomalía de mayor tamaño, que se extiende por un área de unos 10 por 10 metros. Esta estructura más profunda es "altamente resistiva" eléctricamente, lo que podría significar que se trata de una acumulación de arena y grava, o incluso de cámaras de aire o huecos.
La hipótesis más intrigante
La hipótesis más intrigante que barajan los investigadores es que ambas estructuras estén conectadas. Especulan que la formación en L, más superficial, podría haber sido una entrada o un corredor que conducía a la anomalía más profunda, posiblemente una cámara funeraria o un complejo de tumbas.
"Creemos que la continuidad entre la estructura superficial y la estructura profunda es importante", escribieron en su estudio publicado en la revista Archaeological Prospection.
Aunque existen capillas de ofrendas en forma de L en Giza, estas suelen ser superestructuras, no subterráneas, lo que añade una capa de misterio al hallazgo. La naturaleza exacta de estas anomalías sigue siendo una incógnita que solo podrá resolverse con la herramienta más tradicional de la arqueología: la excavación.
El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto confirmó que se ha formado una misión conjunta egipcio-japonesa para comenzar las excavaciones en el sitio. De esta forma, los trabajos en el terreno ya han comenzado, con la esperanza de desentrañar el propósito de esta construcción oculta y añadir una nueva pieza al complejo rompecabezas de la necrópolis de Giza.












