

Con la llegada de los días cálidos, Bariloche modifica su rutina: el lago Nahuel Huapi gana protagonismo y la ciudad se transforma en un destino de veraneo a orillas del agua. El verano se vive entre chapuzones, caminatas por la arena volcánica y tardes extendidas mirando la cordillera.
Más allá de las postales clásicas, la zona ofrece playas que combinan naturaleza, tranquilidad y buenos servicios, desde espacios urbanos hasta rincones dentro del bosque. Son opciones para quienes buscan un día diferente sin alejarse demasiado del centro, pero con el paisaje patagónico como escenario permanente.
Playa Bonita: la opción más práctica
Ubicada en el kilómetro 7 de la Avenida Bustillo, frente a la Isla Huemul, es una de las favoritas tanto de residentes como de turistas. Se destaca por su amplitud y por reunir todo lo necesario para pasar la jornada sin complicaciones: baños, paradores y propuestas gastronómicas para almorzar o merendar sin moverse de la playa.

Su entorno urbano la convierte en una alternativa accesible para quienes quieren resolver el día rápido, pero sin resignar vistas panorámicas del lago.
Bahía Serena: calma y paisaje
En el kilómetro 12 de Bustillo aparece Bahía Serena, una playa que no siempre figura entre los listados más conocidos, pero que suele sorprender a quienes la visitan. Se extiende cerca de 200 metros, con arena fina y aguas calmas, especialmente en los días sin viento.
Aunque recibe afluencia en temporada alta, mantiene un clima sereno que la posiciona como una de las joyas discretas de Bariloche para disfrutar del verano con menos movimiento.
Lago Moreno Oeste
En el Circuito Chico se encuentra Lago Moreno Oeste, elegido por quienes priorizan tranquilidad. Sus aguas son, por momentos, más templadas y mansas que las del Nahuel Huapi, lo que favorece el baño y las actividades recreativas con mayor comodidad.

Es frecuente ver familias y grupos que buscan un ambiente relajado, ideal para pasar el día lejos del ritmo del centro y rodeado de naturaleza.















