Los rituales son una parte fundamental para quienes se dedican a las prácticas espirituales. Existe una gran variedad de amuletos y mecanismos esotéricos que se utilizan para conectarse con el mundo metafísico y atraer deseos más profundos.
Ya sea por dinero, abundancia o buena fortuna, lo cierto es que son múltiples las temáticas recurrentes en este tipo de disciplinas.
Algunas costumbres utilizan piedras energéticas, oráculos o meditaciones especiales para pedir millones al universo. Sin embargo, la sal es la mejor amiga de este ritual para proteger tus ahorros.
Millones con sal, ¿por qué usar este mineral para atraer la buena fortuna?
La sal es el ingrediente predilecto de la mayoría nuestras comidas, aunque, cuándo se trata del mundo espiritual, muchas tradiciones sostienen que este mineral tiene grandes propiedades esotéricas.
Una creencia popular es que sus cristales pueden emitir ondas electromagnéticas que absorben la negatividad y otras vibraciones dañinas para el aura, por lo que es común utilizarla como elemento de protección.
También hay quienes la consideran un imán de la abundancia, particularmente cuando se trata de la sal marina. Se cree que tiene el poder de limpiar personas y espacios de malas energías y atraer las positivas, incluyendo la prosperidad.
Paso a paso, ¿cómo hacer el ritual de la sal?
Se recomienda realizar esta práctica en el primer día de luna nueva que simboliza el comienzo del mes lunar para incrementar las chances de éxito con la energía latente de renovación y creación. Para llevarlo a cabo se debe seguir los siguientes pasos:
- Esparcí sal marina en la parte exterior e interior de la puerta principal del ambiente al que desees atraer el dinero, puede ser tu hogar o un espacio de trabajo.
- Envolvé una cucharadita de la sal en plástico y colocala en un bolsillo interno de tu billetera. Es importante reemplazarla cada diez días.
- En el caso de estar sufriendo dificultades para administrar tus finanzas, colocá la sal en todas las esquinas y rincones de tu espacio. Podés hacerlo en pequeños contenedores discretos, pero deben estar cubiertos para que la sal no se humedezca.
- Repetí cada diez días.