Mañana desde las 13 horas la selección nacional jugará un trascendental encuentro ante su par de Suiza por los Octavos de final en el nuevísimo estadio Arena Corinthians de San Pablo. Las autoridades reforzarán la seguridad en los alrededores del distrito de Itaquera y el espacio de concentración de los hinchas, como ya ocurrió en la visita de la albiceleste a Río de Janeiro, Belo Horizonte y Porto Alegre, donde se registraron algunos altercados.


La Policía Militar cree que lo que ocurrió en otras ciudades fueron hechos aislados. No considera que tendremos mayores problemas y no habrá necesidad de un operación muy incisiva al respecto, afirmó en este sentido el secretario de Relaciones Internacionales de la Alcaldía de San Pablo, Leonardo Barchini.


Por su parte, el cónsul de Argentina en San Pablo, Agustín Molina Arambarri, dijo que el Gobierno brasileño, en colaboración con el argentino, ya empleó medidas preventivas para evitar desmanes.


De acuerdo al funcionario, está prevista la llegada de al menos 100 caravanas de compatriotas que siguen fervorosamente a la Selección. Y según cálculos preliminares de la FIFA, sólo 10.000 de estos llegarán con entradas en la mano al flamante predio del Corinthians, también conocido como Itaquerao.


En este sentido, el Gobierno de la ciudad recomendó a los fanáticos que no tienen tickets que no acudan a las adyacencias de la cancha ya que no serán habilitadas pantallas gigantes para seguir el encuentro.


Vale la pena destacar, que a diferencia de los primeros tres partidos, donde los simpatizantes tenían compradas gran parte de las localidades, para este encuentro la mayor parte de los compradores fueron locales; y con la intención de hacer sentir realmente visitante al combinado dirigido por Alejandro Sabella, en las redes sociales se alientan campañas para no vender entradas a sus seguidores y asistir al estadio con la camiseta verdeamarela.


Además del estadio y sus alrededores, el bohemio barrio de Vila Madalena se ha convertido desde el inicio del Mundial en el punto de encuentro de decenas de miles de hinchas extranjeros. Ante la congestión en los últimos juegos, las autoridades recomendaron enérgicamente que los aficionados argentinos acudan también a otros puntos de la ciudad para celebrar el partido con el fin de evitar grandes aglomeraciones.


El barrio ya está congestionado de por sí. En cada partido que tiene lugar en la ciudad tenemos una sobrecarga de personas por encima de su capacidad, comentó el asesor del Comité San Pablo Copa, Oswaldo Napoleão.