

El gobierno de la Ciudad, el sindicato de los municipales y la justicia van camino a constituir una perfecta comedia de enredos en relación con la obra social de los empleados públicos porteños.
Como si no hubiera sucedido antes, ayer el interventor designado por Mauricio Macri volvió a asumir en la ObSBA; la jueza que lleva el caso volvió a trabar la decisión, cuestionando el segundo decreto de la administración capitalina, posterior a la ley de la Legislatura; el procurador de la Ciudad, Pablo Tonelli, volvió a anunciar que se volverá a apelar el segundo fallo de Elena Liberatori; el abogado del gremio volvió a defender la gestión de sus representados; el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, volvió a decir que la labor de Jorge Rey “se inició con calma y tranquilidad y el kirchnerismo volvió a hacer silencio expectante.
Como era de prever, Liberatori, del foro en lo Contencioso Administrativo, obró con la velocidad de un rayo, a partir de la segunda presentación que le hizo llegar su colega, el letrado Andrés Gil Domínguez. Quien, satisfecho decía a la prensa que “la jueza volvió a suspender nuevamente la intervención . Volver a empezar para el Gobierno Macri. Que, con cierto hartazgo, ayer avisó que piensa ir por afuera del juzgado de Liberatori: “la presentación ante la Justicia con el fin de solicitar que se revoque la decisión adoptada por la jueza será presentado hoy y deberá ser resuelta por la Cámara de Apelaciones en lo contencioso administrativo y tributario .
Todo esto es porque Bolívar 1 considera que la medida dispuesta por la magistrada “desconoce los términos de la ley 2637, de libre elección y reorganización de la ObSBA , sancionada el jueves pasado. Luego de que Liberatori bochara el primer decreto, ese mismo día, tal como hizo por segunda vez con el decreto reglamentario aprobado tras la ley y publicado ayer por el Boletín Oficial porteño.
El panorama luce complicado. Tratándose de un caso testigo, de cuya superación dependerá la enjundia que pondrá Macri para cambiar los modus operandi de las etnias que trabajan en el estado porteño.
Y para que le vaya quedando claro que se trata de una pulseada política que no puede perderse, se le advierte a la jueza que “incurrió en un atropello contra el Gobierno, contra los vecinos y contra los trabajadores, al no haber dado vista del pedido de medida cautelar de su resolución y concluir con un fallo que es jurídicamente insostenible . En todo caso, no se podrá acusar a Liberatori, al menos en asunto, de ejercer su función con la lentitud que suele reprochársele al Poder Judicial.
El infuyente Rodríguez Larreta no se arredra por el anunció de Patricio Datarmini, el aparentemente relegado jefe de la obra social, sobre que la lucha se dará en el campo judicial, paso a paso y sin dar tregua. Liberatori le dio otra mano ayer al considerar que la autoridad municipal tiene la potestad de desregular la práctica sanitaria del ente bipartito gremio-gobierno local, pero no la de intervenir y desplazar una parte, la oficial, a la otra, la sindical.
“Las irregularidades son muy burdas , se alarmó Rodríguez Larreta sobre las cosas que se ven en el mundo Ciudad. “Hay gente que está contratada y que vive en el exterior o que nunca se presenta a trabajar . En el primer caso se supone que no habla de embajadores; en el segundo, claramente, describe lo que es toda una tradición pública en la Argentina: ñoquis.










