

El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) se creó para facilitar la reconstrucción de posguerra. Con los años, nuestra misión cambió y hoy se centra en aliviar la pobreza en los países con los que trabajamos. Para ello desarrollamos programas y proveemos asistencia técnica en las áreas desarrollo humano, infraestructura, medio ambiente y desarrollo sustentable y en temas económicos.
Somos un banco cooperativo, integrado por 184 países. La Argentina fue el número 57 en integrarse, en septiembre de 1956. Nuestra primera visita fue en 1957, para estudiar la situación económica, los planes de inversión del gobierno y las áreas agricultura, transporte y energía. En 1961 otorgamos el primer préstamo al país, para construcción de rutas.
En estos casi 50 años de conocimiento y aprendizaje mutuo, tuvimos presencia constante en el país, compartiendo los momentos de esplendor y los de dificultades. Realizamos 118 proyectos, por casi u$s 20.000 millones, en infraestructura, energía, desarrollo rural, educación y salud, y en otras tantas misiones técnicas construimos una relación de la que aprendemos cada día.
Hoy nuestro trabajo se enfoca en acompañar el crecimiento económico sostenido con equidad, una mayor inclusión social y una mejor gobernabilidad. Una Argentina que crezca en forma sostenida y con equidad podrá mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Nuestro apoyo a través de, por ejemplo, el reciente préstamo para la recuperación económica, nos permite colaborar para mejorar el clima de inversión, restaurar la confianza y atraer inversiones, en particular en infraestructura y actividades productivas.
Por otro lado, nos preocupa el retroceso de algunos indicadores sociales, como el incremento en la mortalidad infantil o las dificultades de los más pobres para acceder a salud y educación de calidad. en pos de la inclusión social, fortaleceremos los esfuerzos por alcanzar a los grupos más vulnerables: indigentes, ancianos, pobres rurales, poblaciones indígenas y el gran número de jóvenes que no trabaja ni estudia.
Finalmente, hay temas de gobernabilidad o capacidad institucional. Para tener gobiernos provinciales más efectivos o instituciones que permitan denunciar casos de corrupción que luego sean investigados, o un poder judicial más transparente, hay que trabajar en reformas institucionales y estructurales. Aportaremos conocimiento técnico y financiamiento para estas metas, con énfasis en el mediano y largo plazo. El diálogo con las autoridades, la sociedad civil y el sector privado es bueno y deseamos mejorarlo aún más.
Medimos nuestro éxito en la capacidad de mejorar la calidad de vida de los pobres en la Argentina. Y esperamos poder contribuir a que así sea.
(*) Director del BM para Argentina,
Chile, Paraguay y Uruguay.










