

Dicen que el ingenio, tanto como el humor, caracterizan a los cordobeses. También la costumbre de agregarle “yuyos al mate. Observando esta práctica tan arraigada en su provincia, a Florentino Orquera, distribuidor de hierbas aromáticas de San Francisco (al límite con la provincia de Santa Fe), se le ocurrió vender bolsas de yerba premezcladas. Así nació CBSé, de una idea cuya simpleza no resta a Orquera el mérito de haber sido pionero.
“Empezamos en 1978, en el patio de casa, que estaba en el barrio obrero de San Francisco , cuenta Juan Lorenzo Orquera, apoderado de la empresa e hijo del fundador. “Teníamos mucho menos que un garage, una habitación que usábamos de depósito y un patio de tierra. Mis padres compraban yerba molida en bolsas de 50 kilogramos, le agregaban aromáticas y la mezclaban en un tacho vertical de 200 litros con una manivela. De chico me divertía dándole vueltas a la manija. Era un proyecto barrial. Teníamos una catadora que se llamaba Doña Rosa, y que nos indicaba las proporciones , cuenta.
El producto se empezó a vender en el barrio, en bolsas de medio kilo. “Mi papá hizo etiquetas de cartón que decían CBSé (un juego de palabras con el verbo cebar), mucho antes de los mensajes de texto impusieran la moda de abreviar los verbos , se ríe Orquera. “Tuvo la visión de imponer la marca desde el principio .
Hoy la empresa tiene 300 empleados directos y dos plantas: una en Frontera, ciudad lindera a San Francisco que pertenece a la provincia de Santa Fe, donde se hace el envasado, y otra en Santa Ana, Misiones. Allí se realiza el estacionamiento y la molienda.
La marca CBSé no participa en el mercado de la yerba común, pero es líder en el segmento de yerba compuesta (con aromáticas) y saborizada (con cáscara de frutas, café o endulzada). Produce 11 variedades e inauguró recientemente una nueva categoría en yerbas: las funcionales, adicionada con vitaminas, minerales y prebióticos (fibras parcialmente asimilables que regulan el intestino). Este último desarrollo lo hizo gracias a un acuerdo con Alimentos Cormillot.
Al matrimonio Orquera y su hijo Juan se sumó años después Sol, quien se encarga del área de marketing y desarrollo de productos. Todos trabajan en la compañía, en distintas áreas. “Por ahora no tenemos una política de gerenciamiento familiar formal, porque todavía no llegaron nietos ni sobrinos a la empresa , dice la hija menor de los Orquera.
Del galpón a la gran escala
El paso de la elaboración artesanal a la producción industrial escala se fue dando en etapas. Al principio, tanto el embolsado o el etiquetado se hacían en forma manual. “Para cumplir con el primer pedido grande, unos 20 bolsones de 24 unidades cada uno para un comerciante de Córdoba, vinieron mis compañeros del colegio y algunos vecinos a ayudarnos a armar las bolsas. Mi papá lo llevó en persona con su motoneta con carrito , recuerda Juan.
Al tiempo de fundar la empresa, Orquera se contactó con inventores cordobeses que diseñaron una máquina que envasaba la yerba en bolsas parecidas a los sachets de leche. Esta fue la presentación característica de la yerba CBSé hasta que, en 1998 adquirieron máquinas importadas. Por entonces también decidieron mudarse del patio de la casa familiar a una planta en la ciudad vecina de Frontera, ya que el gobierno de Santa Fe ofrecía ventajas impositivas para la radicación de industrias. Ese año, con la posibilidad de importar saborizantes naturales, desarrollaron las primeras yerbas con naranja, limón, pomelo y café. “También fuimos pioneros en esto y así como inauguramos la categoría de yerbas compuestas en el Código Alimentario, volvimos a pedir la autorización en el Anmat para yerbas saborizadas, un concepto que se estaba imponiendo en el mundo en infusiones como el té, pero que en el país no existía . Esta innovación marcó un salto en el volumen de producción. Y la marca pasó de ser regional a imponerse en el mercado nacional.
A diferencia de otras empresas del rubro, que tienen plantaciones propias y se ocupan de la elaboración y la comercialización, CBSé se especializó desde un principio en el segundo ciclo de esta cadena. “Compramos la yerba canchada (secada) a cooperativas y productores. Sólo tenemos plantaciones propias de aromáticas en San Juan, cerca del Valle de la Luna, y también nos proveemos de un acopiador en La Rioja e importamos variedades (fucus, boldo) de Chile.
Hoy, las ventas de CBSé se concentran en el mercado interno y se exporta un pequeño porcentaje a Estados Unidos y Europa, donde la compran inmigrantes argentinos. Los países de Oriente también son compradores, pero CBSé no ha incursionado en esta plaza, dado que la preferencia es por la yerba tradicional.
En el país, el consumo promedio de yerba mate es de seis kilos por habitante y por año. El 80% del mercado está en manos de ocho empresas (con la adquisición de las marcas de Molinos por parte de Química Estrella se produjo mayor concentración). El 85% del consumo corresponde a yerba común y el 15% a compuestas y saborizadas.
Innovación permanente
El consumo es 90% mercado interno y del 10 que se exporta (sin retenciones ni reintegros), la mitad se destina a los países árabes y el resto a argentinos exiliados. El crecimiento del mercado es vegetativo. La producción es de 240.000 toneladas por año.
Al ser la yerba mate un producto básico de la canasta familiar, su precio se encuentra regulado por la Secretaría de Comercio. Al mismo tiempo, el precio que se paga a los productores está regulado por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Por lo cual, se trata de un negocio en el que la innovación en el producto y su presentación son casi la única forma de lograr un margen.
Desde su nacimiento, CBSé apostó a la innovación. Al principio, guiada por la intuición y “olfato de su fundador. Hoy, el departamento de marketing y desarrollo de productos, a cargo de Sol Orquera, se guía por la observación de las tendencias mundiales. Una de ellas es la preferencia de los consumidores por los “alimentos funcionales , aquellos que poseen cualidades beneficiosas para la salud, probadas por estudios científicos. El año pasado, gracias a un convenio con Alimentos Dr. Cormillot, la firma lanzó la primera yerba con prebióticos (fibras que actúan a nivel del intestino mejorando la absorción de nutrientes), y adicionada con vitaminas del grupo B. Una vez más, la marca cordobesa inauguró una categoría en el código alimentario: yerba mate funcional. Y es la única yerba que cuenta con certificación ISO 9001:2000. Con sus jóvenes 30 años, la firma nacida en San Francisco sigue creciendo de la mano de la tradición y la innovación.
M.G.E.









