

El Mercosur se caracteriza por la ausencia de reglas. Esta situación beneficia siempre al país más grande, en este caso a Brasil. Por eso, el acuerdo de cupos entre privados no sirve. Es un pacto de corto plazo y ninguna industria puede recomponerse en cuatro meses. Además, en ese plazo no es posible determinar un horizonte para planificar las inversiones necesarias.










