

El líder indígena Evo Morales ganó ayer las elecciones presidenciales de Bolivia y estaba muy cerca, al cierre de esta edición, de evitar ser elegido por el Congreso, ya que acumulaba cerca del 50% de los votos.
Las empresas que realizaron los primeros sondeos a boca de urna y que le asignaban en principio alrededor del 45% de los votos, comenzaron a hablar de una eventual mayoría absoluta, pasadas las 22 horas.
Aún sin datos oficiales, los seguidores del dirigente cocalero festejaban anoche en varias ciudades del país el triunfo de Morales, que de alcanzar la mitad más uno de los votos se convertiría en el primer presidente indígena de su país.
En tanto, según las encuestas de cuatro canales de televisión, el izquierdista Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales habría obtenido entre el 47% y el 49%, rezagando a su principal rival, el conservador Jorge Quiroga, quien habría logrado entre el 31% y el 33%.
Si no hay mayoría absoluta, el Congreso nacido de los comicios debería reunirse a mediados de enero para elegir a quien gobernará a Bolivia durante los próximos cinco años.
Pero la decisión legislativa podría ser un mero trámite para Morales. El candidato que asomaba en tercera posición en los comicios, el magnate cementero Samuel Doria Medina, prometió apoyar al que obtenga más votos populares. El empresario de tendencia centrista habría logrado entre un 10% y un 12% de los sufragios.
La victoria de Morales no será bienvenida por los Estados Unidos, que criticó la promesa electoral del líder campesino de defender los cultivos de coca en el país, porque perjudica su política antidrogas.
Además, su victoria marcaría una profundización de la tendencia hacia la centroizquierda que vive Latinoamérica, con administraciones socialdemócratas en la Argentina y Brasil y un gobierno autoproclamado “revolucionario en Venezuela.
Un triunfo de Morales tampoco sería una buena noticia para las petroleras con operaciones en una nación que alberga la segunda mayor reserva de gas natural de Sudamérica, al prometer el líder indígena aumentar el control sobre los recursos energéticos para desarrollar la economía local.
Tras votar en la Villa 14 de Septiembre, un pequeño pueblo en el centro de Bolivia, Morales había reiterado ayer sus intenciones de proteger la producción local de hojas de coca, redoblando sus críticas contra los EE.UU.
“Desafío al gobierno de Estad
os Unidos a hacer una verdadera alianza de lucha contra el narcotráfico. Se tiene que producir para el mercado legal la hoja de coca. Cero de cocaína, cero de narcotráfico, pero no cero de coca , afirmó Morales.
Durante la campaña, Morales descartó cualquier alianza para asegurarse los votos en el Congreso.
El destino de la principal riqueza de Bolivia, explotada actualmente por un puñado de petroleras extranjeras que incluyen a la brasileña Petrobras y a la española Repsol-YPF, disparó en 2003 una ola de sangrientas protestas para su nacionalización que terminó con decenas de muertos y la caída de dos presidentes.
Morales, confeso admirador del
presidente venezolano Hugo Chávez, aseguró que combatirá la pobreza aumentando los recursos que recibe el Estado por la explotación de los campos gasíferos, dando de baja los actuales contratos de concesión para renegociarlos.
Los temores a un cambio en las reglas de juego y la incertidumbre política prácticamente paralizaron las inversiones privadas que necesita Bolivia para incrementar su producción de gas y atender vitales contratos de suministro con sus principales clientes: Argentina y Brasil.
Antes del cierre del comicio, Chávez, afirmó que Bolivia está dando un paso hacia la integración sudamericana en estas elecciones.“El hermano pueblo boliviano a esta misma hora está escribiendo una nueva página de su historia , dijo el mandatario venezolano.
Quiroga, un ex ejecutivo de IBM en Texas que fue presidente interino durante 2001 y 2002, tras la renuncia del entonces mandatario Hugo Banzer por enfermedad, también hizo eje de su campaña un mayor control estatal de los recursos energéticos, pero con un tono más moderado.
Cerca de 200 observadores internacionales siguieron los comicios bolivianos. “Todos los partidos políticos han venido obrando correctamente, eso es motivo de una gran alegría , declaró Horacio Serpa, jefe de la misión de la OEA.










