

Texto: Jesica Mateu
Una de las primeras cosas que uno aprende en el monte es a convivir con el silencio . Lo dice Ricardo Paz quien, junto con su esposa Belén Carballo, creó hace más de 20 años Arte Étnico Argentino (AEA), orientada a la difusión y comercialización de productos artesanales de Santiago del Estero. En verdad, la definición es incompleta ya que se trata también de una compañía que promueve valores como el respeto por la cultura del monte y sus habitantes, de los que no es posible disociar la conservación de los recursos naturales. Así, AEA elabora muebles y tejidos marcados por la impronta mestiza. Esas piezas de madera, lana y cuero son producto de un proceso creativo que se origina y desarrolla en el monte, sin máquinas ni electricidad (desde allí se transportan al taller en Buenos Aires, para su acabado final). La idea es que, a través de ellos, se haga foco en la identidad, la cultura y la conservación de las costumbres, de generación en generación. Así, los objetos de diseño se convierten, también, en piezas culturales. Paz, anticuario y diseñador de mobiliario, aclara que “si hemos tenido algún éxito, lo atribuyo a las terminaciones. La Argentina todavía tiene una capacidad manual que le permite competir en el extranjero . Entonces, los verdaderos hacedores y protagonistas son los dueños de esas manos fuertes, de líneas convertidas en surcos, vehículos de la sabiduría que llevan en la sangre. Cada artículo revela el mestizaje propio de la cultura criolla, el bagaje hispano-morisco e, incluso, la influencia inglesa de fines del siglo XIX. En palabras de Paz, se trata de “diseño orgánico con identidad .
Uno + uno: más que dos
Como otras, esta historia nació de una intención profundamente personal. Allá por los ‘80, Ricardo Paz trataba de reencontrarse con su propia identidad. “Me fui muy joven de mi casa y di muchas vueltas por el mundo. Me podía identificar con ser argentino mucho más que con ser porteño. He tenido la suerte de pertenecer a una generación que se asumió como sudamericana. Me decidí, entonces, a recorrer la Argentina. Y me quedé en la provincia más antigua: Santiago del Estero. Allí hay una identidad que está siendo forjada desde hace cinco siglos .
A partir de ese momento, entendió que amaba relacionarse con la naturaleza y que, para comprenderla acabadamente, debía reunirse con aquellas personas que ya vivían esa noble experiencia. Para entonces, ya se desempeñaba como anticuario, de modo que “vivía relacionado con objetos de cierta belleza y autenticidad histórica y cultural. Pronto comencé a aplicar mis conocimientos sobre piezas europeas y orientales a los objetos criollos .
Así nacía Arte Étnico Argentino. Con objetivos claros. No eran tan obvios los caminos para alcanzarlos. Y fue justamente en esa búsqueda que Paz devino, casi inesperadamente, en empresario del diseño criollo, tal como se define.
“Tuvimos que aprender sobre historia, cultura, asistencia social, leyes de propiedad sobre las tierras y reglas de exportación, además de ayudar y asistir en términos de transporte escolar y postas sanitarias, amén de todo lo relacionado con el diseño , evoca el matrimonio Paz-Carballo. A partir de la publicación del libro Un arte escondido: Objetos del monte argentino, fundaron la asociación civil Adobe, que Belén presidió durante los primeros cinco años. A través de esta ONG –que continúa en funcionamiento pero sin el comando de sus hacedores– establecieron huertas orgánicas, viveros, transporte escolar y escuelas de telar.
Ahora están abocados a la creación de una fundación con un eje más ecologista: “Se trata de recuperar la tierra, reforestar con plantas nativas y desarrollar un espacio para que la gente se acerque y conviva con la naturaleza en una relación más esencial , se ilusionan.
Responsabilidad ecológica, conciencia social
La acción destructiva del hombre se opone directamente al espíritu social, cooperativo y constructivo de la propuesta de Arte Étnico Argentino. Bosques y montes se destruyen indiscriminadamente. Según la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Santiago del Estero es una de las provincias con mayores niveles de deforestación del país. Paz admite que, de alguna manera, vive en una suerte de isla, rodeado de personas que, como él, defienden al monte. “Pero, indudablemente, es un valor que se está perdiendo a partir de la plantación de soja transgénica y la tala descontrolada, que dejó sin entorno a las poblaciones criollas. Al no estar más el bosque que paraba los vientos cálidos y absorbía, de alguna manera, las lluvias, ese pequeño residual que estaba en la tierra, el humus, o se vuela con el viento o se lava con la lluvia , se lamenta. Y si los desmontes a mansalva son tragedias para poblaciones enteras, proyectos como Arte Étnico Argentino también se ven directamente perjudicados: “Lo que empecé trabajando bajo la idea de diseño sustentable para sostener la relación con el medio ambiente ha quedado un poco minimizado frente al desastre ecológico que estamos viendo. Con esos saberes artesanales estábamos haciendo escuela, al punto que logramos recuperar una malla social de casi 150 familias. Ahora, eso dejó de tener sentido frente a la destrucción. Porque, en la actualidad, la gente se ve obligada a migrar a los suburbios urbanos .
De allí que, actualmente, el contacto de AEA se haya reducido a 25 familias aborígenes. “No solamente dejó de crecer la cantidad –que constituía una posibilidad inmensa– sino que, en ese sentido, al tener que entrar en un sistema de mayor exigencia con la calidad, todo lo que era el período de aprendizaje y desarrollo de artesanos se fue ajustando para quedarnos sólo con los mejores, cuando lo que deseábamos era crear una masa crítica para asegurar el sustento de todas esas familias. Claro que ese sustento estaba muy favorecido por un medio ambiente que proveía las cosas básicas. Y hoy se dificulta al tener que proveer nosotros el ciento por ciento del sustento , lamenta. La tarea no es fácil, pero no por eso la esperanza queda desdibujada. “Nos estamos preparando para el rebote de la crisis. Por algo trabajamos con la simpleza pero también con el rigor propio de la naturaleza .










