

Con los máximos históricos del Dow Jones de Industriales aún frescos, Wall Street se dispone a abrir la primera semana completa de mayo recordando a su amiga la Reserva Federal, con cuyo apoyo cuenta de manera casi incondicional.
La FED parecer seguir inclinada a creer que el notable enfriamiento del crecimiento en el primer trimestre fue debido principalmente a condiciones climáticas adversas y por tanto la demanda acumulada se reflejará en el PIB del segundo trimestre.
Según explicó el FOMC en el comunicado, la actividad económica crecerá a un ritmo moderado y la tasa de desempleo disminuirá gradualmente hacia niveles evaluados como consistentes, en tanto la inflación persistentemente inferior al 2% aún plantea riesgos para el desempeño económico. No obstante, a pesar de la optimista visiónde la Fed, los datos más recientes (exceptuando el empleo) muestran claramente que el crecimiento dista (y mucho) de los pronósticos fijados a principios de año, lo cual en cierta forma garantiza que las tasas de interés se mantendrán por mucho tiempo en el entorno de 0%, como han estado desde finales de 2008, incluso después de que el ente emisor estadounidense ponga fin a las compras mensuales de deuda.
Según destaca Sala de Inversión, excepto los gastos de consumo, la mayoría de los sectores retrocedieron en los tres primeros meses. Del mismo modo, las inversiones de las empresas se contrajeron al igual que la actividad residencial dentro del mercado de la vivienda. Con esto en mente, algunas de las referencias dentro de la agenda macroeconómica semanal pierden relevancia, en tanto hacen eco de información perteneciente al mes de marzo, como son los inventarios mayoristas o los créditos de consumo, anticipados en el entorno de 0,3%, creciendo incluso a un ritmo más lento que en febrero (0,5%) y ratificando que la reposición de las existencias no aportó mucho al PIB del primer trimestre. En cuanto a los créditos otorgados a los consumidores en marzo también podrían haber crecido apoyados en las ventas de automóviles y gastos en educación, así como por el uso de las tarjetas de crédito para compras de menor envergadura.
También pasa lo mismo con la balanza comercial de bienes y servicios, cuyo déficit se habría reducido en marzo a 40.500 millones de dólares, unos 2.000 millones menos que en el mes de febrero cuando se disparó un 7,7% a su nivel más alto en los últimos cinco años por la incidencia de la contracción en las exportaciones.
Para poder evaluar la evolución o desaceleración económica más reciente contaremos con el ISM de Servicios, cuya lectura se estima en abril en 54,1%, y que de ser confirmada representaría un incremento de un punto porcentual respecto a marzo, afianzando el crecimiento de la actividad en un importantísimo sector de la economía, que ya acumula 51 meses consecutivos de expansión por encima de los 50 puntos.
Otra referencia que constatará la desaceleración del crecimiento en el primer trimestre es la productividad para la que se anticipa una contracción del 0,1% frente al incremento de 1,8% registrado en los últimos tres meses del año pasado.
En el ámbito empresarial y con la temporada de resultados rozando su fin, el Dow Jones podría sentir el efecto de las cuentas de la líder de las farmacéuticas a nivel mundial, Pfizer, y la empresa de medios y entretenimiento Walt Disney.











