

Si bien Wall Street probablemente estrene la semana cotizando los datos del desempleo conocidos el viernes, el martes disparará la temporada oficial de resultados del primer trimestre con las cuentas del fabricante de aluminio Alcoa para la que los expertos auguran pérdidas de 3 centavos por acción, según destacó saladeinversion.com.
Asimismo el sector bancario asistirá a la presentación de cuentas de JP Morgan Chase y Wells Fargo, que durante los tres primeros meses del año podrían haber logrado ganancias de 1,14 dólares y 74 centavos, respectivamente. En el caso de JP Morgan jugará a su favor la popularidad y buen funcionamiento de la división de tarjetas de crédito, así como jugosas comisiones por emisiones de acciones, bonos y asesoría en fusiones.
En tanto, Wells Fargo, de acuerdo con la firma ValueMax alcanzará previsiones gracias a la mayor demanda de préstamos, ingresos por trading, y la mejora del gasto de capital en los EE.UU. Esto último, según Richard Bove, analista bancario en Wall Street, beneficiará a toda la industria bancaria que se encuentra en su mejor momento en tres décadas.
La agenda macroeconómica de los próximos días es un poco más liviana que de costumbre en cantidad, pero sumamente importante, ya que las cifras de inflación que se publicarán de miércoles a viernes podrían incluso llegar a alterar la estrategia de política monetaria implementada por la Reserva Federal, si rebasan las previsiones al alza y hacen saltar las alarmas.
En principio, y de acuerdo a los pronósticos que se barajan en Wall Street, los precios de importación podrían acelerarse más que en los últimos meses (1,1%) debido al encarecimiento del petróleo en marzo, mientras que los precios al productor y los precios al consumidor ascenderían 0,3%, respectivamente.
Con la publicación del libro Beige de la Fed el miércoles se conocerá un detallado inventario de la realidad económica por industrias y regiones en los Estados Unidos. También habrá que prestar atención al déficit mensual en el comercio de bienes y servicios en febrero, anticipado por los expertos en 52.000 millones de dólares, tras alcanzar en enero su nivel más alto desde octubre de 2008. Aunque el aumento del desequilibrio entre las importaciones y las exportaciones podría ser el reflejo de la reactivación económica y un mayor apetito de los consumidores por los productos fabricados en el extranjero, el peligro es que incremente la dependencia de la economía estadounidense por los flujos de capital internacional para financiar su déficit.
Otros datos a destacar esta semana son los inventarios mayoristas de febrero, con un aumento estimado de 0,5%, y la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan de abril, cuya lectura se anticipa en 76,6 puntos, es decir cuatro décimas más que la anterior.
Mónica Coronatti, Editora Norte América, Sala de Inversión











