

Dos de los premios Nobel en economía a la vez más renombrados y críticos de la dirigencia europea coincidieron en confesar su preferencia por el "no" en el referéndum que celebrará Grecia el próximo domingo y en el que se decidirá si el país acepta las exigencias de austeridad que le imponen sus pares del viejo continente. En sus respectivos blogs, Paul Krugman y Joseph Stiglitz coincidieron en acusar a la Comunidad Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional de forzar medidas punitivas con el objetivo de debilitar al primer ministro Alexis Tsipras.
En su blog "La conciencia de un liberal", alojado en la página del New York Times, el premio nobel estadounidense Paul Krugman se refirió a la situación en un texto al que tituló "Grisis". Allí, el profesor de la Universidad de Princeton dijo que votaría que no a las exigencias de "la troika" (como se llama a la tríada compuesta por la CE, el BCE y el FMI) por dos razones.
"Primero, por más que la idea de una salida del euro asusta a todos yo incluido la troika ahora demanda que el programa de los últimos cinco años continúe en forma indefinida. ¿Cuál es la esperanza que eso genera?", dijo. "Segundo, las implicancias políticas de un voto por el si serían profundamente preocupantes. La troika claramente empleó una estrategia Corleone a la inversa le hizo a Tsipras una oferta que no podía aceptar, y es de presumir que lo hizo adrede. Por lo tanto el ultimátum fue, de hecho, una jugada para reemplazar al gobierno Griego. E incluso si no te gusta Syriza, eso tiene que ser preocupante".
El ultimátum de la troika consistió en una lista de exigencias a cambio de habilitar un nuevo tramo de asistencia del FMI que evitaría que Grecia cayera en default hoy mismo, cuando venzan 1600 millones que el país no está en condiciones de afrontar: recortes a salarios públicos y pensiones, acompañada de subas de impuestos a sectores tan sensibles como el gastronómico y hotelero.
Semejante paquete hubiera catapultado a Tsipras fuera del Gobierno y Joseph Stiglitz coincidió en que ese pareció ser el objetivo de la troika.
"El ataque de Europa contra la democracia griega", tituló el profesor de la Universidad de Columbia su posteo en el blog Project Syndicate. "Es la antítesis de la democracia: varios líderes europeos quieren ver caer al Gobierno izquierdista de Alexis Tsipras", escribió. "Un voto por el sí significaría una depresión casi sin fin (...). Un voto por el no abriría al menos la posibilidad de que Grecia, con su fuerte tradición democrática, pueda asir su destino en sus propias manos".













