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El Gobierno espera que el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe un nuevo acuerdo por u$s 20.000 millones. Este desembolso busca fortalecer las reservas y contener las expectativas de devaluación.
Sin embargo, los analistas advierten que el éxito del plan económico no depende exclusivamente de la llegada de estos fondos, sino de la continuidad del superávit fiscal y la estabilidad monetaria.
Los tres desafíos del Gobierno, según el Gurú del Blue
El analista financieroSalvador Di Stefano sostiene que, aunque el acuerdo con el FMI es relevante, no es suficiente para garantizar la estabilidad económica.
En su visión, la prioridad debe ser que el Gobierno mantenga el equilibrio fiscal, evite la emisión monetaria y continúe desregulando la economía.
El mercado sigue con atención la evolución del tipo de cambio y las tasas de interés. La falta de confianza en la sostenibilidad del programa económico llevó a muchos inversores a refugiarse en el dólar, alcanzando recientemente valores en torno a los $ 1.300.
Sin embargo, factores como la liquidación de la cosecha de maíz y el inicio de la recolección de soja en abril podrían generar una oferta adicional de divisas, impactando en la cotización.
El efecto de la política monetaria en el crédito y la inflación
En un contexto de superávit fiscal y escasez de pesos, la dinámica del mercado tiende a la suba de tasas de interés. Cuando los ahorristas retiran dinero de los plazos fijos para comprar dólares, los bancos deben ofrecer tasas más atractivas para retener fondos.
Esto encarece el crédito, afectando la financiación de empresas e individuos. Con tasas elevadas y menos acceso al crédito, las empresas deben recurrir a la venta de mercadería o dólares atesorados para cubrir costos operativos. Si no logran liquidez, pueden enfrentar serios problemas financieros.
Esta situación también impacta en la inflación, ya que la necesidad de vender stock a precios más bajos presiona sobre los índices de precios al consumidor.

Opciones de inversión en el escenario actual
En este contexto, los analistas recomiendan una gestión prudente de la liquidez. Con un dólar y tasas de interés en niveles elevados, Di Stefano sugiere que es un buen momento para vender dólares y posicionarse en instrumentos en pesos con rendimientos atractivos. Algunas opciones destacadas incluyen:
- Letras del Tesoro: con rendimientos cercanos al 40% anual hasta agosto de 2025, superando ampliamente la inflación proyectada.
- Bonos duales (TTM26): Con una tasa interna de retorno del 43,6% anual, atados a la evolución de la inflación y el tipo de cambio.
- Acciones: podrían beneficiarse si el Gobierno logra mecanismos para liberar dividendos retenidos desde 2019 y reducir restricciones cambiarias.
Por otro lado, los bonos en dólares como el AL35 no resultan atractivos en el corto plazo, ya que su cotización en pesos y dólares depende de la evolución del mercado cambiario.
Salvador Di Stefano y los tres desafíos del Gobierno
Según el gurú del blue, el acuerdo con el FMI puede aportar estabilidad, pero no es la solución definitiva para la economía argentina. La clave sigue siendo la disciplina fiscal y la desregulación.
En un escenario sin emisión y con oferta limitada de pesos, el mercado tiende naturalmente a un ajuste de tasas, impactando en el financiamiento y la actividad económica.
Si el Gobierno mantiene el superávit fiscal y avanza en reformas estructurales, la reducción de la inflación y la mejora del balance de pagos podría generar una recuperación sostenida. En este marco, la estrategia de inversión debe centrarse en oportunidades en pesos y en sectores que puedan beneficiarse de la flexibilización del mercado cambiario.












