

Cada arbolito que vende dólares en la calle Florida tiene su parada.
Se los puede encontrar siempre voceando las célebres frases cambio, cambio, casa de cambio, pago más, dólares, euros reales, parados exactamente en el mismo lugar, ni un metro más ni un metro menos, porque estarían invadiendo el territorio de algún colega. O, mejor dicho, de algún compañero de trabajo, porque los arbolitos están sectorizados: cada 50 metros se puede ver a una veintena que trabajan para la misma financiera, ubicada por lo general en un local disfrazado de agencia de turismo o de cambio de billetes deteriorados en una galería comercial. Allí, se puede ver una fila de gente haciendo cola para comprar dólares más algún agente de seguridad.
En el ambiente cuevero todos sabían que, pese al allanamiento producido el 28 de agosto pasado en Florida 259, la barra de Boca seguía utilizando las oficinas de ese edificio para hacer operaciones cambiarias. Se trata de un edificio antiguo, con una entrada estrecha sin portero ni ascensor, así que cualquiera podía subir las escaleras hasta el segundo piso, donde funcionaban varias oficinas pequeñas, algunas con la fachada de agencias de turismo que, en realidad, estaban interconectadas unas con otras, y que contaban con handys para estar comunicados en tiempo real.
A los arbolitos que trabajaban para La 12 se los podía ubicar en los 50 metros que van desde Florida al 250 hasta Florida al 300, entre Perón y Sarmiento, una zona muy poblada por oficinistas que buscan cambiar sus pesos cuando cobran el sueldo.
Según cuentan en la City porteña, luego del allanamiento de hace un mes y medio, una fracción de la barra brava de Boca se habría mudado hacia San Telmo y Recoleta, con el objetivo de salir de una zona caliente de inspecciones y, por otra parte, poder captar a turistas para comprar sus dólares y venderles pesos. Además, al ser dos barrios que no están tan cubiertos por otros arbolitos, vieron ahí un nuevo nicho de negocios. Al no tener tanta competencia, podían pagar menos por los dólares que compraban y cobrar más cuando querían venderlos.
Pero la hacían completa, porque dicen que les descubrieron u$s 40.000 falsos, con lo cual nos perjudica a todo el mercado en general, ya que la gente no nos va a querer cambiar más a los arbolitos por culpa de ellos, revela uno.














