Durante 2023, miles de trabajadores argentinos que prestan servicios al exterior disfrutaron de un escenario inédito: el tipo de cambio les jugaba a favor, y cobrar en dólares desde plataformas internacionales o billeteras digitales equivalía a multiplicar ingresos, en muchos casos hasta cinco veces por encima de la media. Pero el contexto cambió. Con la estabilidad cambiaria, la apreciación del peso real y la reducción de la brecha, el diferencial entre cobrar afuera y hacerlo en el país se achicó. Esa nueva normalidad obligó a las fintech a reinventarse para mantener el atractivo frente a un usuario que ahora evalúa más los costos, la agilidad y los beneficios extra que ofrecen estas plataformas que el tipo de cambio. La Cámara Argentina que agrupa estas empresas lo define así: Fintech describe la forma contemporánea en que funciona el sistema financiero. Reúne a todas las compañías que, aplican tecnología, innovan en la creación, distribución o mejora de productos y servicios financieros, con el objetivo de generar mayor eficiencia, reducir costos, aumentar la competencia, mejorar la experiencia del usuario y ampliar el acceso para personas y empresas. Esta noción entiende al sistema financiero no por quién ofrece los servicios, sino por cómo se llevan a cabo. “Fintech no constituye un sector industrial en sí mismo, sino un ecosistema compuesto por tres grandes grupos de actores: El resultado es una cadena de valor interdependiente y modular que reduce fricciones, acelera la innovación y favorece un sistema más accesible e interoperable. La euforia de los cobros en dólares cedió paso a una competencia más sofisticada. Hoy las fintech ya no pueden apoyarse solo en la conveniencia del tipo de cambio, sino en servicios que agreguen valor real al usuario. En ese contexto, plataformas globales como Binance o Buenbit desplegan estrategias distintas, pero con el mismo objetivo: captar a los freelancers y empresas que aún operan con flujos en moneda extranjera. Esta semana Binance presentó en la Argentina un nuevo servicio de depósitos y retiros directos en dólares estadounidenses a través de BPay Global, una entidad regulada por el Banco Central de Bahréin. La propuesta apunta a simplificar el ingreso y egreso de fondos desde cuentas en el exterior sin comisiones y con integración a la red SWIFT, además de permitir fondeos con tarjetas o servicios como Apple Pay y Google Pay. En un país donde los flujos hacia el exterior suelen estar sujetos a fricciones regulatorias y costos elevados, la iniciativa busca posicionarse como una alternativa fluida para quienes mantienen ingresos o pagos en moneda dura, con reducción de los costos de intermediación y el tiempo de acreditación. La compañía extiende así su estrategia de ofrecer soluciones de uso cotidiano dentro del ecosistema cripto-fiduciario, como ya había hecho con la incorporación de pagos QR locales. Por su parte, la fintech argentina Buenbit lanzó Prime, un programa de membresía orientado a freelancers y empresas con equipos distribuidos. La propuesta incluye rendimientos adicionales en stablecoins (USDC), transferencias internacionales sin costo, descuentos en servicios de salud y tasas preferenciales en créditos hipotecarios. En un mercado laboral cada vez más globalizado, donde la competencia por perfiles tecnológicos y creativos se da en dólares, Prime apunta a consolidar a Buenbit como un socio financiero integral más que una simple wallet. “En un contexto donde las compañías compiten por perfiles internacionales, brindar herramientas financieras modernas y con beneficios reales marca la diferencia”, señaló Federico Ogue, CEO de Buenbit. La más reciente en sumarse a esta competencia fue Utoppia, que presentó su nueva aplicación financiera global pensada para trabajadores “sin fronteras”. La plataforma combina cuentas en dólares, stablecoins y herramientas bancarias intuitivas en 19 países, con la promesa de ofrecer una experiencia unificada para quienes generan ingresos en un país y gastan o invierten en otro. “No estamos construyendo otra startup fintech más, estamos construyendo una plataforma financiera global para la generación del trabajo y la vida remota”, explicó Stefano Angeli, CEO y fundador de la compañía. Utoppia ofrece cuentas en dólares tanto para residentes como no residentes en EE.UU., pagos en stablecoins (USDC y USDT), transferencias globales P2P sin costo, tarjetas VISA internacionales y un fondo remunerado en dólares. En los próximos meses, según pudo conocer El Cronista, planea sumar billeteras completas de stablecoins, comercio de acciones y ETFs, acceso a crédito y una capa de asistencia impulsada por inteligencia artificial. El corazón de su modelo está en la integración con USDC, que le permite ofrecer transferencias instantáneas, facturación freelance internacional de bajo costo y protección frente a la volatilidad de las monedas locales. En términos prácticos, Utoppia busca convertirse en un “hogar financiero” para los trabajadores globales: “Un espacio donde puedan recibir, guardar y mover dinero entre economías fiat y cripto con la misma facilidad”. Remitee, fundada por exdirectivos de Western Union, evolucionó de ofrecer remesas peer-to-peer a proveer una infraestructura integral que permite a las instituciones embeber pagos transfronterizos directamente en sus plataformas. La compañía tiene entre sus clientes a Banco Galicia, Banco de Crédito del Perú, Banco Falabella, Banco Santander Chile, Remitly, Yape, Getnet y Copec. “Veinte millones de migrantes latinoamericanos envían más de u$s 150.000 millones al año y, sin embargo, la mayoría todavía depende de opciones costosas e inconvenientes. Con Remitee, las remesas ahora viven dentro de los mismos bancos, fintechs y retailers donde los migrantes ya confían y transaccionan, eliminando la fricción de tener que salir de esas plataformas para completar una transferencia en otro lugar”, agrega Saravia. Banco Galicia aumentó su retención de clientes y volumen de transacciones, probando que los servicios de remesas impulsan y generan nuevas fuentes de ingresos. “Esta solución no solo eleva la experiencia digital de nuestros más de 6 millones de usuarios, sino que también nos permite mantener depósitos y abrir nuevas fuentes de ingresos”, dijo Agustín Nuñez, gerente de Sucursales y Canales de la entidad. Así, la competencia entre fintechs refleja un cambio estructural: cobrar en dólares ya no es sinónimo de ventaja automática. Hoy, los trabajadores remotos buscan optimizar su flujo financiero tanto como su ingreso nominal, lo que los lleva a priorizar plataformas que ofrezcan seguridad, liquidez y servicios adicionales. Mientras tanto, las fintech locales y globales ajustan sus modelos para un escenario menos volátil, en el que la innovación ya no pasa sólo por el tipo de cambio, sino por quién logra convertir la intermediación financiera en una experiencia más eficiente, rentable y confiable.