

La duda está despejada. Si alguien aún la conserva, bastará analizar lo que ha sido el recorrido de la devaluación esta semana para poner blanco sobre negro. El Banco Central está decidido a conservar la ventaja cambiaria que le dio la devaluación de enero. Y para ello, como mínimo, debe quitarle a la moneda lo mismo que la inflación le quita al bolsillo de la gente.
Si la inflación estimada para 2014 es del 30%, entonces lo más probable es que Juan Carlos Fábrega, el titular del Central, esté pensando en sacarle 30% al valor del peso, es decir que, a la devaluación realizada a fines de enero, haya que sumarle pequeñas pero constantes microdevaluaciones.
Sin embargo existe un problema. Si las microdevaluaciones no se toman un respiro, si son cotidianas, permanentes, el campo no sabe cuándo liquidar sus dólares. En rigor, si especula con un movimiento continuo del tipo de cambio, entonces cuanto más espere, más obtendrá por sus dólares. Por eso el Central se apura.
Sabe que en algún momento de los próximos días deberá frenar. En una semana, llevó el dólar de $ 8,08 a $ 8,16 y es probable que aún lo empuje un poco más. Pero vendrá seguramente un período de calma, que servirá de señal para que el agro no se "siente" sobre los granos, que venda y pase a buscar sus pesos a cambio de los dólares que comprará el Banco Central.













