

La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) empezó ayer una nueva reunión de política monetaria, con el debate en torno a la pertinencia de subir las tasas de interés, algo que parece haber quedado postergado para la última reunión del año o principios de 2016.
La recuperación de la economía estadounidense parece sólida y el desempleo se encuentra en mínimos desde la crisis de 2008, con una tasa de 5.1% en septiembre, cerca del pleno empleo. Ambos indicadores se mantuvieron sin cambios, con un crecimiento en el segundo trimestre del año a una tasa anualizada de 3.9%.
Sin embargo, la volatilidad financiera en el exterior, especialmente en China y otros mercados emergentes, junto con la debilidad de la demanda externa, lastrada por una anémica zona euro y la desaceleración del gigante asiático, enfrió las expectativas de un ajuste.
Además, la continua apreciación del dólar frente a otras monedas y las políticas monetarias expansivas de otras grandes economías como la de la zona euro y Japón, aumentó la preocupación sobre los efectos de un ajuste monetario. El comunicado definitivo de la Fed se dará a conocer hoy y en esta ocasión no está prevista una rueda de prensa de Janet Yellen, titular de la entidad.
Si bien tanto Yellen como Stanley Fischer, el vicepresidente de la Fed, insistieron en la expectativa de que las tasas subirán antes de que culmine el año, otros miembros del banco central expresaron más cautela.
La división de opiniones entre los integrantes de la Fed es clara en las últimas declaraciones de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto, el órgano que dirige la política monetaria de la entidad.
A comienzos de este mes en Lima, donde participó en la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI), Fischer dijo que los miembros de la Fed tienen "la expectativa", pero no el "compromiso" de dar comienzo al ajuste monetario.
En este contexto, en el que los analistas descartan anuncios concretos en la reunión de esta semana, se espera que la Fed de señales de cuál será su estrategia en los próximos meses para reducir la incertidumbre que parece haber rodeado ahora la política monetaria. Sin embargo, habrá que ver que ocurre en la siguiente reunión, la última del año, que tendrá lugar el 16 y 17 de diciembre.
Los mercados, que en un primer momento daban por hecho el ajuste monetario antes de fin de año, ahora se muestran muchos menos confiados y sitúan las posibilidades de una suba de tasas en diciembre, en un 35%.













