

En otra jornada que contó con un alto grado de volatilidad, el dólar oficial retrocedió otros 30 centavos y concluyó la jornada cotizado a $ 13,50 para la venta al público.
De esta forma, el billete oficial, acumula un retroceso de 50 centavos en lo que va de la semana.
En cambio, el dólar blue gana seis centavos y se mueve en torno a los $ 14,41
De esta forma, la brecha entre ambos se ubica en torno al 6,74% luego de haber rozado hasta casi el 100%.
¿Qué pasó en el segmento mayorista?
El dólar volvió a sufrir una importante baja, que lo llevó sobre el final de la rueda a acomodarse en los $ 13,15/13,25 por unidad, veintinueve centavos debajo del cierre de ayer.
Luego de un arranque en el que la divisa norteamericana operó en los niveles del final previo, en torno a los $ 13,54 por unidad, comenzó una caída significativa en la cotización del dólar originada en una oferta que careció de un contrapunto equivalente del lado de la demanda privada.
Los precios fueron moviéndose con un recorrido algo sinuoso pero descendente y con una marcada amplitud entre máximos y mínimos operados.
La fuerza vendedora se focalizó al promediar la rueda y provocó bajas en el tipo de cambio que lo llevaron a tocar mínimos en los $ 13.22 por unidad transada.
Un leve repunte de los valores impulsado por una mejora en la demanda recompuso parcialmente la cotización pero sin evitar que sobre el cierre los precios se acomodaran más cerca de los mínimos de la jornada.
El total operado en la fecha ascendió en el segmento de contado a u$s 282,091 millones, a los que hay que agregar otros u$s 28 millones operados en el mercado de futuros, sin que se detectara actividad del Banco Central en todos los segmentos.
El predominio de la oferta no cede en el mercado local y provoca caídas del tipo de cambio en forma continua desde el comienzo de esta semana.
El fuerte retroceso que el dólar viene experimentando le hizo perder casi toda la ganancia acumulada desde la primera semana de enero.
La escasa profundidad de la demanda de divisas no logra equilibrar la ecuación cambiaria y se traduce en una inesperada corrección bajista que expresa la ausencia de la tensión y presión cambiaria augurada por algunos analistas para el momento en que se levantara el cepo cambiario.













