

Con un simple pantallazo de la actualidad bursátil local se pueden hacer rápidamente un balance lleno de dudas. El Mervalen dólares cae en el año un 41%. Dentro del panel, hay acciones que pierden más del 60% en dólares, como Grupo Supervielle, Transportadora de Gas del Norte y Cablevisión Holding. Mirgor, Loma Negra, Agrometal, Metrogas, Comercial del Plata pierden más de un 52% en lo que va del 2018.
Los bonos tampoco muestran un buen año, más bien lo contrario: en promedio, los bonos soberanos en dólares tienen caídas de alrededor del 25%, lo que genera que la suba de las tasas de dichos activos escale a niveles no vistos desde 2015. El Bonar 2046 subió casi 300 puntos básicos su tasa de retorno (tir), mientras que el Bonar 2024 rinde actualmente 7,25%, mostrando una suba de la tasa de 345 puntos básicos desde octubre pasado.
En materia cambiaria, el dólar acumula una suba de más del 50% en el año y esta evolución del tipo de cambio probablemente tenga consecuencias rápidamente en los precios, haciendo su aporte a la inflación, generando un golpe también a la economía real que se potencia por la suba de tasas (para controlar la corrida cambiaria) y una política fiscal más contractiva (para dar un buen mensaje al mercado y como parte del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional).
Las causas de esos movimientos pueden explicarse por varios motivos, como los factores internacionales que afectan a los mercados emergentes, errores del Gobierno en el primer semestre que generaron una caída en la confianza y las expectativas, mayor conflictividad social, volatilidad por la crisis política y económica en Brasil, dudas respecto al resultado electoral en 2019, etc. Todo eso es posible y probablemente esté incluido en los precios.
Desarbitraje
Pero haciendo un análisis un poco más amplio, lo que explica esta caída es algo más simple y que refleja que no había un correlato entre los precios y la economía real. Lo que en el mercado se conoce como desarbitraje.
Los precios de los activos, a comienzo de año y en los primeros meses, no justificaban los números que mostraba la economía. En otras palabras, los precios estaban demasiado altos para una economía que no había mostrado resultados firmes y sostenibles en forma consistente.
Los precios de los activos estaban demasiado altos para una economía que no había mostrado resultados firmes y sostenibles.
Había que plantearse la duda en forma permanente. ¿Vale la economía argentina 30.000 puntos de Merval? ¿Vale la economía argentina 1800 dólares de Merval? ¿Vale la economía argentina tasas del 5% a 10 años?
De a poco el mercado se fue convenciendo de que la respuesta estaba más cercana a la negativa que a la afirmativa.
La corrección del “desarbitraje tenía dos caminos posibles: 1) se reactivaba la economía de modo de que el precio de los activos financieros estuviera justificado; o 2) caían los precios para acomodarse a los números de la economía Argentina. Sin el primero, el mercado optó por el segundo y los precios de los activos se desplomaron.
Falta de señales
Además, se han dado cambios muy importantes en materia economía en las últimas semanas y la economía local aún no ha dado señales concretos de fortaleza en materia inflacionaria, de actividad económica, empleo, etc.
Esto implica que, pese a que el mercado de acciones haya caído un 40% en dólares y que los bonos hayan perdido un 25%, las preguntas deben volver a repetirse, pero con otros valores.
¿Vale la economía argentina 900 dólares de Merval? ¿Vale la economía argentina tasas del 8% a 10 años?
Quizá, estos niveles de los activos financieros locales tengan más sentido y correlación con los fundamentals de la Argentina.
Pero si la economía no reacciona y los resultados no comienzan a llegar,
el desarbitraje podrá mantenerse
y generar efectos negativos en los precios de las acciones y bonos hacia adelante.












