

El deterioro de las condiciones financieras locales se detuvo durante el último mes y mostró una leve recuperación. Pero, a pesar de la mejora, el conjunto de variables que ayuda a proyectar el desempeño de la economía argentina sigue en zona negativa y se ubica en el segundo peor nivel desde mayo de 2003.
La recuperación de las variables locales, que previamente había sido advertida por el arrastre estadístico, estuvo impulsada principalmente por las mejoras registradas en el índice de inflación, la devaluación esperada por el mercado hacia los próximos meses y los niveles del riesgo país.
La desaceleración de los precios, la menor presión en dólar futuro y la caída del riesgo soberano por el repunte de los bonos en dólares cortaron la seguidilla de bajas del Índice de Condiciones Financieras (ICF) que elabora el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) junto a la consultora Econviews.

A pesar de la mejora, las peores variables siguieron siendo precisamente la inflación, la expectativa devaluatoria y la tasa de interés. Las únicas que se mantuvieron en positivo fueron las acciones locales, en el marco del rally por el trade electoral, y la liquidez de largo plazo de los bancos, por el poco crédito al sector privado.
"La Argentina redujo su riesgo país en las últimas semanas, generando un arrastre positivo para julio, pero el proceso electoral es una fuente de tensión importante, a la que se suma el stress por la falta de reservas en el Banco Central y los vaivenes de la negociación con el Fondo Monetario Internacional", agregó el estudio.

Por el lado de las condiciones externas, se registró una leve desmejora por la volatilidad de las acciones en Wall Street, el riesgo europeo y el emergente. No obstante, las condiciones externas siguen en "zona de confort", aunque esto podría verse afectado en el futuro por el endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal, advirtió.
El informe destacó que la fortaleza de la economía estadounidense, con un desempleo de sólo 3,6%, hace suponer que la Reserva Federal mantendrá su política monetaria dura. Esto presionará a los mercados desarrollados y emergentes, incluyendo sus monedas, lo que hace prever posibles bajas en el subíndice externo.
El índice de condiciones financieras, que ayuda a prever cómo seguirá el desempeño de la economía del país, se encuentra en terreno negativo de forma ininterrumpida desde agosto de 2019, cuando se dispararon las tensiones locales tras el triunfo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner en las PASO de las elecciones presidenciales.













