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Un arranque para el olvido. Wall Street no deja de castigar a los inversores en el peor inicio de año desde 1932. Los activos acusan el impacto del aumento de la inflación en los Estados Unidos y la consecuente suba de tasas de interés, el temor a que la economía más grande del mundo entre en recesión y los efectos de la guerra Rusia -Ucrania. En lo que va del año -y hasta el cierre de esta edición- el S&P 500 acumulaba siete semanas consecutivas de bajas. Las pérdidas promedio de los principales índices superaron el 20 por ciento y pusieron técnicamente al mercado en bear market.
Semejante sacudón seguro deja a algunos (o muchos) inversores fuera de juego, pero a otros los encuentra listos para apretar el play. ¿Oportunidades? Sí. ¿Para cualquiera? No. Solo deberían anotarse en la partida quienes poseen liquidez suficiente para comprar acciones que quedaron subvaluadas, tiempo para mantenerlas en cartera y tolerancia a seguir viendo bajas antes de que llegue la recuperación.
"Creemos que la corrección que hubo desde comienzo de año dejó algunas oportunidades pero no sin riesgo de que el mercado siga corrigiendo a corto plazo. Somos constructivos a partir de estos niveles pero pensando en el largo plazo", define Pablo Santiago, head de Wealth Management de Mariva. En igual sentido va Nicolás Galarza, CEO y fundador de Quiena Inversiones: "Caídas como esta siempre dejan oportunidades por la sobrerreacción que tienen los mercados, sin embargo, es muy difícil predecir cuándo se alcanzó el piso". Y agrega una explicación: "Cuando la incertidumbre y el miedo toman protagonismo, todo baja en consonancia, sin selectividad. Apenas se calma el humor del mercado se puede ver cómo las compañías que tienen un negocio sólido se recuperan rápidamente".
El terreno está todavía demasiado incierto y todos los analistas consultados por APERTURA hacen foco en aprovechar la oportunidad de tomar posiciones estratégicas y no lanzarse a compras masivas como si se tratara de una feria de descuentos. La selectividad manda. Tomás Ruiz Palacios, estratega de Renta fija de Consultatio Financial Services, pone algunos números sobre la mesa para analizar el contexto: "Las valuaciones del S&P 500, si bien no se encuentran baratas, tampoco lucen caras vistas desde una perspectiva histórica. Hoy la métrica de precio/ganancias estimada para los próximos 12 meses está cerca de 16, mientras que en los últimos cinco años promedió un valor de 18". Galarza acerca más información: "Analizando datos históricos del S&P 500, las 12 caídas de mayor magnitud tuvieron una duración promedio de casi 23 meses hasta alcanzar el piso. De ahí hasta recuperar su nivel inicial en promedio demoraron 46 meses. Sin embargo, sin un hecho global de gran magnitud que afecte nuevamente a los mercados, esperaríamos que esos tiempos sean bastante menores en la actualidad", analiza.
"La volatilidad de los mercados de acciones internacionales va a ser un común denominador hasta no encontrar un nuevo sendero y ver dónde termina el año en la tasa de la política monetaria de la Fed y dónde, efectivamente, termina la inflación en los mercados desarrollados", desglosa Santiago y subraya: "Esto puede ser leído como una oportunidad para aquellos que poseen bajas posiciones en acciones, para armar posiciones estructurales y de largo plazo". Las oportunidades están ahí latentes para quienes actualmente están fuera del mercado. Cómo aprovecharlas es la clave. Y en ese sentido las recomendaciones de George Soros -que algo sabe del tema- son un buen GPS para los inversores en momentos como el actual: "Cuando todo el mundo trata de salir, nosotros entramos. Y cuando todo el mundo está intentando entrar es cuando nosotros salimos", es una de sus frases de cabecera. Pero cuidado, dice: "Tomar riesgos no significa jugar a la ruleta o hacer paracaidismo".
"En primera instancia, debemos aclarar que estamos dentro de un mercado con una clara tendencia bajista, y para cualquier inversor que busque comenzar a tomar posiciones en algunos activos surge como primera consideración ser prudente", dice por su parte Damián Vlassich, analista de Research de IOL invertironline.
¿Valor o tecnología?
La volatilidad y el temor de los inversores llega siempre acompañado de un flight to quality, de un buscar refugio en activos que perciben menos riesgosos. En ese contexto, las acciones conocidas como de valor (value), es decir de empresas vinculados a sectores de la economía más estables, ganaron protagonismo en los portfolios de inversión y el mayor castigo recayó en las empresas tecnológicas (growth).
Parados en junio de 2022, ¿dónde posicionarse de cara al largo plazo para captar potenciales ganancias?
"Si el horizonte de inversión es corto, valor; si es largo, tecnología", define sin vueltas Ruiz Palacios de Consultatio. "Hoy la principal preocupación de mercado está en la probabilidad de un escenario de estanflación (recesión con inflación) , lo cual no es propicio para los modelos de negocios que se basan en el crecimiento futuro y son sensibles a las condiciones financieras más estrictas. En ese sentido, los sectores defensivos (utilities, por ejemplo), vienen siendo lo mejor", explica el analista. Sin embargo, avanza: "Si comparamos un negocio que crece al 30 por ciento anual contra otro que crece al cinco, por más que el corto plazo favorezca al segundo, el largo plazo estará del lado del primero". Su sugerencia para mantener diversificada la inversión es optar por posicionarse en los índices, vía ETFs. Acciones de empresas norteamericanas -y también algunos ETFs- pueden comprarse desde la Bolsa local con pesos (al tipo de cambio CCL) y mantener dolarizada la inversión al mismo tiempo que se apuesta a la recuperacion de esas compañías. La recomendación de Vlassich, de IOL, es aprovechar para "comenzar a construir un portafolio de largo plazo incorporando acciones de a porcentajes bajos". "Resulta esencial privilegiar acciones de compañías con sólidos fundamentals y con esto no solamente consideramos que hayan informado resultados positivos durante los últimos trimestres, sino que tengan márgenes positivos, ratios de apalancamiento no tan altos y, sobre todo, que tengan un flujo de caja positivo".
"Este último factor -remarca- es primordial ya que una compañía con cash flow positivo, es una compañía que cuenta con la cintura suficiente para sortear las eventualidades de mercado e inclusive financiamiento de corto plazo".
Santiago apunta al índice Standard and Poor's (S&P) a través de su ETF SPY. "Consideramos que, incluso si Estados Unidos se encaminara hacia una recesión para final de este año o principios del año que viene, el índice de largo plazo es una buena oportunidad para comprar acá, pero no comprando todo lo que uno quisiera comprar sino, tal vez un tercio de su reposicionamiento". Las acciones de valor son menos volátiles y, aunque con el riesgo propio de la renta variable, se adaptan mejor a inversores no tan arriesgados. Para ese segmento, desde IOL consideran que es buen momento para tratar de replicar con Cedear el ETFs (fondo cotizado) el ETF de acciones de Valor (IVE). "Este fondo concentra principalmente su participación en empresas norteamericanas de gran capitalización bursátil que se piensan que están subvaluadas por el mercado en relación a otras empresas comparables. Se encuentra posicionado principalmente en compañías del sector de salud las cuales poseen una participación del 16,5 por ciento, seguidas del sector financiero con aproximadamente 15 por ciento e industriales y productos de consumo básico que comparten un 11 por ciento respectivamente". Entre algunos de los Cedear que se necesitan para poder replicarlo desde el mercado local, el inversor podría sumar Pepsico (PEP), Disney (DIS), Berkshire Hathaway (BRKB) y UnitedHealth (UNH).
Desde el punto de vista de Galarza, de Quiena, "la tecnología seguirá impulsando el crecimiento mundial en los próximos años, por lo que sería un grave error dejar estas empresas fuera del portfolio". Advierte a los inversores, que si bien "en este proceso de subas de tasa de interés (en los Estados Unidos) todas las compañías tecnológicas de alto crecimiento están siendo muy castigadas, no todas son iguales". "Por eso recomendamos mantenerse atento a empresas de tecnología que estén bien posicionadas en su sector y que tengan una operación rentable, esperando a que alcancen un precio de entrada atractivo teniendo en cuenta el múltiplo de precio/ganancias (P/E)", dice Galarza. Y deja un dato más a tener en cuenta: "Aquellas compañías que dependan en gran medida del financiamiento externo tardarán más en poder recuperarse".
"Sin duda el corto plazo estará marcado por la volatilidad, pero son los momentos en que uno debe comenzar a pensar en invertir. Posiblemente lo mejor sea armar una cartera sólida e ir haciendo compras de a poco para luego desentenderse de la inversión por unos cuantos meses. A la larga, haber comenzado en un período de baja será beneficioso", asegura el CEO de la fintech a través de la cual se puede operar directamente en el mercado norteamericano desde la Argentina.
Santiago, de Mariva, apunta a subsectores dentro del tecnológico que, entiende, "podrían haber encontrado su piso". "Pensando en un horizonte de inversión de tres a cinco años somos constructivos con empresas como MercadoLibre, Shopify y Paypal. Entendemos que los fundamentos de estas empresas son y siguen siendo buenos y que los precios se corrigieron demasiado pensando en un horizonte temporal largo".
Los analistas de AdCap ponen también proa a las empresas growth pero aclaran que "dentro de la Bolsa de los Estados Unidos, hay valor en las empresas del sector crecimiento, pero siempre y cuando el inversor tenga estómago para soportar la volatilidad de los próximos meses". Y agrega: "Amazon, Apple y Microsoft desde el punto de vista fundamental están baratas, aunque no quiere decir que no vaya a haber nuevas bajas. La valuación es atractiva a los niveles actuales. Para un portafolio conservador, Walmart, Coca-Cola y Procter & Gamble, pertenecientes al sector de consumo base, son una buena opción". Una ficha más arriesgada: Coinbase, el exchange de criptomonedas. "Vemos una oportunidad clara a largo plazo", dicen en AdCap. "Se trata de la mayor plataforma de intercambio de criptomonedas del mundo, con más de 90 millones de cuentas, comparada por ejemplo con Fidelity, el mayor broker en los Estados Unidos, con 33 millones de cuentas y su capitalización cayó de US$ 100.000 millones a US$ 15.000 millones".
El texto original de esa nota fue publicado en el número 342 de la revista Apertura













