

A raíz del pánico bursátil que generó la baja de cerca del 30% del índice de Shanghai en tres semanas, movimiento que representó una pérdida de u$s 3.000 millones, el gobierno de China optó por acudir a la policía.
El miércoles la Comisión Reguladora del Mercado de Valores (CRMV) de país había tomado medidas para contener las caídas y aun así, el índice general de Shanghai se hundió 6%. Por eso es que ayer, una hora después de que abrieran las plazas con la misma tendencia bajista, el Ministerio de Seguridad Pública, es decir la policía del país, y el organismo regulador abrieron una investigación conjunta con el objetivo de "atacar" a los especuladores.
El viceministro de Seguridad, Meng Qingfeng, anunció que sus fuerzas investigaban la "venta en corto maliciosa", según informó la agencia estatal de noticias Xinhua. De hecho, Meng visitó la sede del organismo regulador bursátil y prometió "castigar severamente las operaciones que violan las leyes y reglamentos".
A su vez, la agencia Xinhua dijo que Meng espera que las investigaciones le permitan a Beijing "devolver el golpe" contra ciertas actividades ilegales en los parqués con un "gran puño".
Aunque no se especificó las actividades ilegales ni se identificó a individuos que estarían bajo investigación, la amenaza surtió efecto. El principal índice de Shanghai había empezado el día con una caída de 2,1%, y oscilaba entre 3 y 3,5% negativo al momento en que se conoció la noticia, pero a partir del anuncio tendencia se revirtió al punto de que al cierre el saldo fue un 5,8% positivo. En sintonía, el índice Shenzhen, que también había arrancado la rueda en rojo, terminó con un crecimiento de 4,25%.
Este giro se trasladó al resto de los mercados. Si bien en Europa las bolsas seguían animadas por el acercamiento entre Grecia y los acreedores, en Wall Street los principales índices se dieron vuelta. En el Viejo continente, las principales subas fueron la del Ibex español, de 3,5%, y la del CAC francés, de 2,5%. Por su parte, el Dow Jones avanzó 0,2%, un alza muy similar a los del S&P y el Nasdaq, de 0,23% y 0,26%.
Restará ver cómo continúa la operatoria bursátil de China en la rueda de hoy. Sin embargo, cabe recordar que más del 50% de las empresas que cotizan tienen suspendidas sus acciones con el fin de frenar la volatilidad y proteger a las compañías. Son más de más de 1.400 empresas que cotizan en ambas plazas, en Shanghai y en Shenzhen, y permanecen suspendidas por decisión propia. Además, otras 400 registraron caídas del 10% en los primeros minutos de la sesión de ayer, por lo que sus operaciones quedaron anuladas automáticamente.
Otra de las medidas aplicada ayer por el organismo regulador fue permitirle a las entidades financieras redefinir y aumentar los plazos de pago de los préstamos marginales concedidos, para su inversión en bolsa, a millones de inversores individuales, sobre todo durante la gran racha alcista que hubo entre enero y junio de este año. Dicho sea de paso, aparentemente la especulación alcista que se vivió en ese lapso no significó peligro alguno para la policía y el CRMV.
Los esfuerzos de Bejing buscan apagar el pánico entre los cerca de 90 millones de inversores individuales -un 80% del volumen diario- que participan en las bolsas chinas, a menudo personas con escasos conocimientos financieros y que buena parte de sus ahorros en las bolsas.












