

La fuerte suba del dólar en julio y el riesgo ante un impacto en el dato de inflación son dos cuestiones centrales de la actual discusión económica: si bien el precio del tipo de cambio cortó su racha ascendente del mes pasado y esta semana acumuló una caída de $ 45, preocupa el eventual traslado de los recientes saltos de la divisa norteamericana a los precios de agosto.
El próximo miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dará a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de julio y se estima que la volatilidad cambiaria tuvo un efecto limitado sobre el número mensual.
No obstante, esta semana los comerciantes recibieron las primeras listas con aumentos de precios. Una reacción similar a lo que ocurrió en abril tras la flexibilización del cepo, cuando aparecieron listas con hasta 14% de aumento que luego fueron rechazadas.
En este contexto, el analista económico Damián Di Pace anticipó un agosto por encima de los niveles actuales y sostuvo que la devaluación del peso frente del dólar marcó su peor desempeño en julio "desde 2002".
"Cambio de ciclo": el pronóstico de Di Pace sobre el dato que más le preocupa al Gobierno
En diálogo por Radio El Observador, Di Pace aseguró que el dólar está nominalmente más bajo que hace un año: "Para este mismo periodo del año pasado llegó a tocar 1490, que a valor de hoy sería 1900 pesos".
En esa línea, detalló que, "con una devaluación de más del 13%", la caída de la moneda nacional en julio fue la "más grande de los últimos 23 años" sin contar la etapa de cepo cambiario: "Tenés que irte al 2002 para ver una devaluación tan grande del peso frente al dólar".
Sobre el traslado a precios ante el repunte del tipo de cambio, hizo hincapié en lo que sucedió durante los primeros días de agosto y marcó subas en alimentos del 2,4% y en bebidas del 4,9% respecto al mismo periodo de julio. "El promedio de la canasta de consumo ya pasa del 0,96% al 3,2%", puntualizó Di Pace, observando una considerable aceleración de la inflación.
Por su parte, el analista abordó la percepción cultural que provoca los ajustes de precios entre los minoristas y destacó un cambio clave respecto de otras épocas.

"Ante una situación similar había stockeo por cobertura por el movimiento cambiario: todo el canal minorista y mayorista se recontra abastecía, el cliente iba e inmediatamente quería acumular bienes e insumos y gestionar el inventario en estoqueo. Ahora, el minorista no quiere inventario alto, quiere rotación alta", precisó.
"El enfoque está en la rotación eficiente de la mercadería que recibe. Porque cambió el ciclo. Ahora quiere optimizar el capital de trabajo. ¿Para qué va a comprar y acumular bebidas si después, con un contexto de dólar flotante, puede bajar de precio? Entonces, tengo que reducir mi inventario, si soy un minorista y mayorista", cerró.












