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El segmento de microcréditos del Banco Provincia atraviesa su mayor expansión desde la creación de la empresa en 2009. En apenas cinco años, la base de clientes activos se duplicó, al pasar de 35.000 a más de 70.000 clientes, mientras que el saldo crediticio superó los $ 250.000 millones.
El crecimiento se aceleró especialmente en los últimos dos años, impulsado por el deterioro del empleo formal y la pérdida del poder adquisitivo, que empujaron a miles de trabajadores a la informalidad o al autoempleo.
"Hay un incremento muy fuerte en este segmento, explicado por la caída del empleo registrado y de los ingresos reales", reconoció una alta fuente del banco a El Cronista.
"Eso genera una demanda creciente de financiamiento entre quienes trabajan de forma independiente o en condiciones informales", agregó.
En la provincia de Buenos Aires, donde habitan más de 17 millones de personas, se estima que tres millones de trabajadores independientes, emprendedores e informales se mueven al margen del sistema financiero tradicional.
No encajan del todo en las categorías de monotributistas ni de empleados formales, pero sostienen una economía basada en la creatividad, la necesidad y la resiliencia. Para ellos, acceder a crédito bancario es una quimera.
Ahí entra en juego Provincia Microcréditos, que se consolidó como la compañía de microfinanzas más grande del país, con más de 430.000 préstamos otorgados desde su creación.
Su misión es clara: ofrecer crédito productivo (no de consumo), fortalecer el autoempleo y promover la inclusión financiera con acompañamiento territorial.
Crédito real para actividad real
A diferencia de las fintechs, que otorgan créditos "a un clic" con tasas de hasta 400% o 500% de Costo Financiero Total (CFT), el Banco Provincia ofrece líneas comerciales con tasas de entre 70% y 80% anual, muy por debajo del promedio del mercado.
Los préstamos, de entre $2 y $3 millones en promedio, pueden alcanzar un máximo de 50 salarios mínimos (unos $16 millones), y su irregularidad de pago -6,9% está por debajo del promedio del sistema financiero.
Esto se explica por el modelo de análisis crediticio de la compañía que, fue diseñado para evaluar riesgos en contextos de informalidad. En lugar de balances, se revisan evidencias concretas del negocio: remitos, compras de insumos o flujo de ventas.
"Si compraste una tonelada de madera para fabricar macetas, puedo proyectar tus ingresos y construir un crédito sostenible", ejemplificaron desde la entidad.
Acompañamiento y cercanía
El programa cuenta con una red de 250 ejecutivos comerciales distribuidos en 135 municipios, que gestionan entre 250 y 300 clientes cada uno. La relación es personalizada: si el emprendimiento enfrenta dificultades, se renegocia; si crece, se amplía la línea. La clave está en acompañar y sostener, no en sobreendeudar.
Impacto productivo y empleo
Desde su creación, Provincia Microcréditos financió más de 400.000 proyectos y fortaleció cerca de 170.000 puestos de trabajo, muchos de ellos multiplicados en la economía informal.
Los créditos se destinan a maquinaria, herramientas, insumos o capital de trabajo: inversiones pequeñas en monto, pero enormes en impacto social.
"Los microcréditos no son un parche, sino una válvula de sostenimiento productivo", destacan en el banco. En un contexto donde el consumo se enfría y las ventas minoristas caen, estos emprendimientos mantienen actividad en nichos donde el flujo de ingresos aún resiste, sobre todo en zonas de consumo medio y medio alto, como barrios cerrados o urbanizaciones privadas.
Competencia y futuro digital
El auge fintech marcó un desafío y una oportunidad. Muchas personas llegan a la empresa para refinanciar deudas anteriores o escapar de tasas impagables.
Frente a ese escenario, el Banco Provincia busca combinar inclusión y sostenibilidad: créditos accesibles, pero acompañados de gestión responsable.
El próximo paso es la digitalización completa del programa, con la integración a Cuenta DNI y el mobile banking, que permitirá solicitar y operar microcréditos sin trámites presenciales. La meta es escalar el modelo sin perder su esencia territorial.
En palabras del ejecutivo del banco: "El microcrédito no es solo un producto financiero. Es una herramienta de desarrollo local que, bien gestionada, puede sostener la economía real cuando el resto del sistema se retrae."
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