El Indec dará a conocer este miércoles a las cuatro de la tarde la inflación de octubre, que según el relevamiento de expectativas de mercado del Banco Central dará 2,2%, aunque entre los top 10 que más acertaron prevén un 2,3% de alza de precios. Con estos números, el plazo fijo dará tasa negativa en términos reales, al tener en cuenta que, entre los diez bancos con mayor volumen de depósitos, Galicia y Provincia pagan 24%, o sea 2% mensual, por lo que dará menos que el índice de precios al consumidor. En la tabla le siguen el BBVA y el Santander, pagando 27% anual por depósitos a 30 días, mientras con el 28% aparecen el Ciudad y el Credicoop. El Nación y el ICBC rinden 29%, mientras Macro lidera el ranking con el 30% de tasa. Entre otros bancos que informan la tasa de plazo fijo para no clientes encabezan Meridian, Voii y Crédito Regional, los tres con el 35%, seguido por Bancor con 34,5%, mientras Reba, CMF y Bica figuran con el 34%. Mariva y Bibank están en 33%, mientras Banco del Sol, Banco de Tierra del Fuego y Dino pagan 32%. Lo cierto es que, disipada la incertidumbre electoral, el clima de euforia también se plasmó de manera contundente en el mercado de pesos, donde las tasas cedieron con fuerza. La curva que estaba invertida, con el tramo corto rindiendo arriba de 60% anual, pasó a estar flat en torno al 33,4% anual. Esta baja de 28 puntos en la versión anual subraya la drástica disminución del riesgo percibido tras los comicios Esta dinámica se tradujo en un claro descenso de la tasa de interés real, según destaca un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea. Mientras que antes de las elecciones la tasa promedio ponderada de las Lecap y Boncap, descontada la inflación, se situaba en un 34% anual, la cifra post comicios se desplomó hasta ubicarse en el rango de entre 3% y 5% anual en las últimas ruedas. Este nuevo guarismo incluso se encuentra significativamente por debajo del 11% promedio que se registraba previo al desarme de las Lefi. ¿Qué explica los actuales niveles de las tasas? La respuesta se encuentra en la paridad de tasas de interés. Para que un inversor decida mantenerse en pesos la tasa de interés nominal en moneda local debe compensarle el rendimiento esperado que podría obtener si en su lugar invirtiera en un activo en moneda extranjera, rendimiento que viene dado por la suma de la tasa de interés de Estados Unidos, las expectativas de depreciación y la prima de riesgo país. Las tasas implícitas de depreciación esperada para todos los plazos de dólar futuro muestran una compresión significativa. La baja por cuestión electoral es indudable, pero en parte esta dinámica también responde a una suba del tipo de cambio. “Justamente las actuales tasas de depreciación se encuentran ligeramente por debajo de los niveles que se observaban antes del recordado desarme de las Lefi, pero con un tipo de cambio que está casi 17% por arriba del promedio de inicios de julio”, revela el research. En particular, la tasa efectiva anual de depreciación implícita en el contrato con vencimiento a once meses retrocedió del 32% promedio semanal previo a las elecciones, a un 23% en las rueda del martes siguiente. Emilio Botto, Jefe de Estrategia de Mills Capital Group, señala que, en el corto plazo, las prioridades son claras: estabilizar tasas, recomponer reservas y consolidar la confianza política. “Ahora el foco está puesto en avanzar con resultados tangibles que consoliden la confianza. Con la inflación convergiendo al 2,4% mensual, las tasas podrían bajar hasta una tasa efectiva anual cercana al 33%, equivalente a una tasa efectiva mensual del 2,4%. Por debajo de eso, el rendimiento real sería negativo”.