
La sequía récord que sufre el estado de California, en Estados Unidos, está tocando el corazón de Silicon Valley.
Con la finalización de la temporada de lluvias sin que se produjeran casi precipitaciones, la ciudad de Mountain View sede del gigante Google la semana pasada declaró la emergencia por falta de agua. En esta ciudad el impacto de la declaración de emergencia es leve. Por ejemplo, los restaurantes no sirven agua salvo que lo pida el comensal.
Sin embargo, a unas horas en auto de ahí, en Cupertino donde se encuentran las oficinas centrales de Apple el efecto de la sequía está golpeando al estado más poblado de Estados Unidos y la amenaza para industria agrícola es mucho mayor.
Por un corto período en febrero y marzo cayeron leves lluvias, lo que llevó a los productores de uvas de Napa Valley, de lechuga cerca de Salinas y dueños de chacras a pensar que quizás ese fuera el fin de una sequía que entra en su tercer año.
Las autoridades de California creen que 2014 podría ser el quinto o sexto año más seco desde que se tienen registros. No parece que hubiera alivio a la vista, señaló Peter Gleick, presidente de Pacific Institute, grupo de investigaciones relacionadas con el medio ambiente.
Los granjeros que producen más del 15% de la producción agrícola de Estados Unidos seguirán sin cultivar sus tierras y tendrán problemas para mantener las plantaciones, como de vides y almendras, que llevan años en madurar y mueren si no reciben constantemente agua.
Algunas ciudades alejadas están cerca de quedarse sin agua, mientras que los tantos reservorios están a la mitad de su capacidad. Para los millones de hogares californianos de zonas rurales o suburbanas, eso implica que es superior al promedio el riesgo de incendios descontrolados, cientos de los cuales se han producido este año.
Datos confirmados sobre la nieve acumulada en California, cuyo derretimiento brinda una tercera parte del agua que anualmente consumen las ciudades y granjas del estado, se encuentra en niveles muy bajos. La cosecha de uvas en el estado, que es crucial para su multimillonaria industria vitivinícola, probablemente sea menor este año que lo habitual debido a la sequía, aseguran los productores.
En el corazón agrícola del Valley de San Joaquín normalmente llueve 22 centímetros por año. No creo que supere los 10 centímetros aseguró Nat DiBuduo, presidente de Allied Grape Growers, asociación de productores vitivinícolas.
Más al norte, en el Valle de Napa, las lluvias ayudaron pero muchos productores aún están preocupados porque no saben si tendrán suficiente agua para regar sus vides.











