Cuando el periodismo financiero habla de "inflación", la mayoría de las veces se hace referencia al índice de precios al consumo (CPI, por sus siglas en inglés), la medida más conocida y frecuente. Pero cuando la Reserva Federal habla de "inflación", probablemente se refiere al índice de precios del gasto en consumo personal (PCE), que es su objetivo explícito desde 2000. Esta distinción técnica es bien conocida, pero a menudo se olvida, y en ocasiones importa bastante a los mercados. Ahora puede ser uno de esos momentos. Mientras los inversores debaten si la Fed recortará las tasas de interés en su próxima reunión de marzo, la brecha entre el CPI y la inflación coredel PCE lleva aumentando desde julio y ahora se sitúa en 100 puntos básicos. La brecha está siendo causada por una inflación PCE sorprendentemente benigna, que, en principio, debería preocupar mucho a la Fed. Sobre una base anualizada de seis meses, el PCE core se sitúa en 2%, justo en la meta. Basándose en el índice de precios a la producción (PPI) deflacionista del viernes (que alimenta al PCE), los analistas esperan que los datos del PCE de diciembre sean positivos cuando se publiquen la semana que viene. Es algo sobre lo que el banco central podría actuar en marzo. Incluso mereció una mención en el discurso de del gobernador de la Fed, Christopher Waller: "Si se cumplen las previsiones [del sector privado], la inflación core del PCE en diciembre se mantendrá cerca del 2%, medida sobre una base trimestral o semestral". "Nuestro objetivo es una inflación de 2% del PBI, pero ese objetivo no puede alcanzarse en un momento dado. Debe mantenerse en un nivel del 2%. Como he dicho antes, basándome en la actividad económica y en el enfriamiento del mercado laboral, confío cada vez más en que estamos a un paso de alcanzar un nivel sostenible de inflación de 2%". "Creo que estamos cerca, pero necesitaré más información en los próximos meses que confirme o (posiblemente) cuestione la idea de que la inflación está descendiendo de forma sostenible hacia nuestro objetivo de inflación". En una nota a clientes publicada el viernes, Matthew Luzzetti, del Deutsche Bank, sostiene que la relativa debilidad del PCE core refuerza los argumentos a favor de un inminente recorte de tasas. Dado que la Fed tiene como objetivo la inflación del PCE, una brecha de 100 puntos básicosentre el CPI y el PCE significa que la tasa de interés real implícito en el CPE es unos 100 puntos básicos más alto que el implícito en el CPI. Esto sugiere un mayor riesgo de sobreajuste, y una mayor necesidad de bajar las tasas nominales antes. Luzzetti escribe: "Para una Fed que tiene como objetivo la inflación del PCE, estas previsiones para la política real apuntan a la necesidad potencial de recortes de tasas más tempranos para asegurar que la política no se endurezca pasivamente. Por esta razón, en un artículo reciente señalábamos que veíamos riesgos crecientes de que la Fed tuviera que recortar las tasas antes de nuestra fecha de referencia de junio. Los datos [CPI e PPI] de esta semana, y en particular las implicaciones para la tasa real de los fondos federales en los próximos meses, han aumentado esos riesgos". Lo importante es que estos recortes serían para mantener la orientación de la política monetaria ante la caída de la inflación, no para relajarla. La brecha ha dividido a los economistas de Wall Street. El viernes, Barclays trasladó de junio a marzo su previsión de cuándo la Fed aplicaría su primer recorte de tasas, citando sorpresas a la baja en la inflación medida por el PCE. Morgan Stanley se ha posicionado del otro lado, señalando que la Fed probablemente se preocupará más por la composición de la inflación. Es decir, aunque la inflación core medida por el PCE se ha ralentizado bastante, gran parte de ella ha sido impulsada por la deflación de los bienes, y la inflación de los servicios medida por PCE parece menos asentada. Marzo podría ser demasiado pronto para la Fed. Omair Sharif, de Inflation Insights, comparte esta última opinión. Señala varias categorías de servicios del PCE, como la atención médica y la gestión de carteras, han arrastrado a la baja el PCE, pero que probablemente se reviertan. La inflación de la gestión de carteras, en particular, tiende a seguir a las acciones estadounidenses, que subieron en noviembre y diciembre. "La Fed entiende lo que está impulsando la brecha", afirma. "Durante el próximo mes o dos, el riesgo es que estos elementos empiecen a contribuir más positivamente, [empujando] el PCE core intermensual al alza y achicando la brecha". Tendemos a pensar que la Fed esperará hasta marzo, porque la debilidad del mercado laboral aún no la obliga a actuar. Pero en cualquier caso, la cuestión es que cuando la Fed depende de los datos, los inversores deberían prestar atención a los datos de los que ellos dependen.