El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, pondrá en práctica el brusco giro a la derecha en política exterior que prometió en campaña con visitas esta semana a dirigentes de línea dura de Israel e Italia en su primera gira internacional.
El año pasado, Milei dijo que no haría "negocios con países comunistas", entre los que incluyó al vecino Brasil y a China, principales socios comerciales de Argentina, y calificó a sus dirigentes de "ladrones" y "asesinos". También dijo que daría prioridad a las relaciones con "Estados Unidos, Israel y otros países que defienden la libertad".
Pero mientras el Presidente ataca a los líderes de izquierda y disfruta el protagonismo de la 'alt-right' [derecha alternativa], su equipo de política exterior ya está adoptando un enfoque más pragmático.
Diana Mondino, ministra de Asuntos Exteriores de Argentina, le dijo al Financial Times (FT) que el Gobierno equilibrará la difusión de la ideología libertaria con la protección de los lazos económicos existentes.
"Las dos cosas no se excluyen mutuamente", afirmó. "Queremos tener tantas relaciones comerciales con tantos países del mundo como sea posible, lo que es por definición muy liberal".
El tono de Mondino dista mucho de la retórica de Milei durante y después de la campaña electoral presidencial, que había avivado la preocupación de políticos y empresarios por las relaciones con Brasil y China, que juntos representan el 26% de las exportaciones y el 43% de las importaciones.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, declinó asistir a la investidura presidencial después de que Milei invitara a su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro, con quien mantuvo una reunión a solas en la previa de la ceremonia.

El mes pasado, en el Foro Económico Mundial de Davos, Milei, un economista libertario, aprovechó su discurso para declarar que "Occidente está en peligro" y acusar a sus líderes de sucumbir al "colectivismo". La semana pasada provocó una crisis diplomática al llamar "comunista asesino" al presidente colombiano de izquierda, Gustavo Petro.
Autodenominado "anarcocapitalista", Milei ha cultivado amistades con una serie de figuras de derecha, incluidos empresarios como Elon Musk y políticos autoritarios como Bolsonaro y Donald Trump.
Emanuel Porcelli, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Buenos Aires, dijo que los libertarios habían priorizado "sus ideales políticos sobre los intereses de la política exterior de Argentina". Milei, dijo, estaba "presionando para tener un perfil más grande como referente de la alt-right global...Estas cosas hablan a su base local".
La Canciller de Argentina, sin embargo, está adoptando un enfoque más tradicional.
"La diferencia entre el de Milei hace seis meses y el de hoy es que tiene un buen equipo a su alrededor", dijo un diplomático extranjero en Buenos Aires, citando el nombramiento por Mondino de experimentados diplomáticos de carrera para puestos importantes en el ministerio. "No son los outsiders que esperábamos, son abiertos, centrados, serios".
En Brasil, los temores a una ruptura de relaciones se han disipado en gran medida, según le manifestó el embajador brasileño en Argentina, Julio Bitelli, al FT. Señaló que Milei se tomó tiempo para reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores de Brasil el día de su toma de posesión en "un gesto de respeto".
"Las amistades personales pueden ser importantes entre países con lazos más débiles, pero ésta es una relación de 200 años", añadió Bitelli. "Todo lo que necesitamos para cooperar ya está en marcha: mientras no agitemos demasiado el barco estaremos bien".
El encuentro que Milei tiene previsto mantener la semana que viene con el Papa Francisco en el Vaticano será otra oportunidad para limar las tensiones internacionales de la campaña, cuando tildó al pontífice argentino de "zurdo asqueroso" por su atención a la justicia social. El Papa dijo la semana pasada que estaba "dispuesto a iniciar un diálogo" con el Presidente.
Milei está en Israel, un viaje influido por un interés personal en el judaísmo, al que ha expresado su interés en convertirse. Se reunió con Benjamin Netanyahu, visitó Jerusalén y se ha comprometido a trasladar allí la embajada argentina (desde Tel Aviv), en línea con la reivindicación israelí de la ciudad como capital indiscutible.
Luego Milei viajará a Italia, donde asistirá el domingo a la misa de canonización de la primera santa argentina [Mama Antula], antes de reunirse el lunes con la primera ministra, la derechista Giorgia Meloni.
Las relaciones con China ilustran el conflicto entre el abierto anticomunismo de Milei y el pragmatismo argentino en política exterior.
Según los analistas, los lazos con Beijing son más fríos que con su predecesor [Alberto Fernández], peronista izquierda. En diciembre, Mondino rechazó una invitación de Brasil y China para unirse al creciente grupo de economías Brics.
"Ganamos libertad económica" con esta decisión, dijo Mondino. "No es necesario que estemos alineados con ningún país" a pesar de tener "grandes relaciones comerciales con todos los Brics", dijo.
Mondino también se reunió con el representante comercial de Taiwán en Argentina el 19 de noviembre, día en que Milei fue elegido presidente, según los medios locales -el tipo de encuentro que enoja a Beijing porque insiste en que Taiwán es parte de China-, mientras que un legislador libertario provincial [Agustín Romo] elogió en redes sociales a la isla como "un ejemplo para el mundo libre".
Por su parte, China ha optado por no hacer más desembolsos de los swap de divisas por u$s 18.500 millones que había activado con el gobierno peronista saliente, y los países están discutiendo en qué plazo Argentina debe devolver a China los miles de millones ya prestados.
Sin embargo, ninguno de los dos países tiene incentivos para dejar que las relaciones se deterioren gravemente, ya que Argentina depende en gran medida de China como mercado para la soja y otros cultivos, y China mantiene activos de importancia estratégica en Argentina, incluidas participaciones en minas de litio y una estación terrestre de espacio profundo en la Patagonia, de administración militar.
Oliver Stuenkel, profesor asociado de relaciones internacionales de la Fundación Getúlio Vargas en San Pablo, dijo que las relaciones podrían sufrir solo una "caída temporal", comparando la situación con las relaciones entre Brasil y China bajo Bolsonaro. El líder brasileño hizo una serie de comentarios provocativos contra China mientras estaba en el cargo, pero el comercio entre los dos países aumentó durante la presidencia de Bolsonaro y realizó una visita oficial a Beijing en 2019.
Stuenkel espera que el gobierno de Milei camine por la cuerda floja entre la visión ideológica del Presidente y los intereses de Argentina.
"Creo que tendremos gestos simbólicos ocasionales, como declaraciones contra China, que hablen a la audiencia interna de Milei, pero serán cuidadosamente medidos para no producir daños tangibles", dijo. "Creo que ahora mismo están consiguiendo el equilibrio más o menos adecuado".















