Ya sea un champú caro o una barra de chocolate gourmet, un par de anteojos de sol modernos o el último smartphone, la nueva clase de consumidores brasileños que surgió en la última década adora los productos de calidad. Sin embargo, últimamente su gusto por los artículos premium se ve frenado por la realidad económica.

Las familias brasileñas están teniendo crecientes dificultades para pagar sus deudas y, como resultado, lo que las compañías de artículos de alta gama venden menos. Desde principio de año, mientras la economía se acerca a la recesión y aumenta el desempleo que estaba en niveles mínimos históricos cada vez son más los consumidores urbanos que frenaron sus hábitos de consumo a niveles sin precedentes.

Un nuevo estudio elaborado por el servicio de investigación del Financial Times, Latam Confidencial (LC) en base a entrevistas a 6.500 personas realizadas entre el 27 de febrero y 23 de marzo en Brasil y otros cinco países de América Latina ofrece una buena idea de la magnitud de la disminución. En las cuatro categorías de productos ropa, comida, artículos para el cuidado personal y electrónica, fueron más los brasileños que se inclinan por los más baratos y de menor calidad que en el trimestre anterior.

Por ejemplo, 698 de 1.500 brasileños consultados dijeron que cuando en marzo hicieron sus compras de productos de cuidado personal priorizaron la calidad de los mismos, mientras que en diciembre del año pasado fueron 785 con la misma conducta.

Y el número de encuestados que dijo que el precio era el factor más importante ha aumentado de 373 a 462. No sorprende que esa tendencia haya tendido a beneficiar las marcas económicas más baratas, como las maquinitas de afeitar fabricadas por la compañía francesa BIC o la pasta de dientes estándar de Colgate, mientras los productos de primera calidad pierden terreno.

La encuesta de marcas realizada por LC en Brasil también mostró una disminución en las preferencias por marcas de primera calidad en 13 de los 14 productos incluidos en el sondeo.

El consumidor brasileño indudablemente está ajustado de dinero y las compañías de bienes de consumo que buscan ampliar su participación de mercado con la promoción de productos de mayor calidad podrían tener que repensar sus estrategias. Sin embargo, la tendencia no es regional. A pesar de la desaceleración económica, en gran parte de Latinoamérica los consumidores no deciden sus compras tan basadas en los precios como antes.