
Las consecuencias inmediatas de las elecciones británicas es uno de los temas que más preocupan a las autoridades que fijan políticas en la Unión Europea. Les inquieta un poco menos que una ruptura del acuerdo de cese del fuego en Ucrania firmado durante la cumbre Minsk II, pero algo más que una repentina salida de Grecia de la eurozona.
Sin embargo, asombra que dada la importancia de las elecciones de este jueves para el futuro de Gran Bretaña en la UE, Europa no haya participado del debate.
Lo que podemos predecir con cierto grado de confianza es que el resultado de estas elecciones tendrá un profundo efecto sobre la futura pertenencia de Gran Bretaña a la UE. El problema es que el efecto es difícil de calcular, independientemente de quién gane. La posibilidad de que Gran Bretaña abandone la UE existe prácticamente con cualquier resultado electoral.
David Cameron prometió que si triunfa en las elecciones, el partido Conservador hará en 2017 un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE. Si en cambio los Tories forman una coalición con los liberal demócratas pro Europa, las posibilidades de una consulta popular son menos claras. Dependería del resultado de las negociaciones para la coalición que todavía no tuvieron lugar.
El partido Laborista en general es considerado más pro UE que los conservadores. Eso es cierto, pero conduce a error. El partido Laborista tampoco eligió darle a la UE un lugar central en las elecciones. De las 83 páginas que tiene el manifiesto del partido Laborista, la UE ocupa algo más que una sola página, la número 76. Esa sección consiste en una muy extraña compilación de declaraciones y propuestas. Siento que le estoy dedicando más tiempo yo a resumirlas que ellos a escribirlas.
El corto texto pide menos austeridad y más disciplina fiscal al mismo tiempo. Quiere un "mecanismo de tarjeta roja" que permita a los parlamentos nacionales vetar legislación de la UE. La meta general es "cambiar a la UE para beneficiar a Gran Bretaña" y "proteger nuestros intereses nacionales". No hay mención alguna de los intereses de la UE, algo en lo que hoy sí se comprometen los partidos demócratas sociales de Europa continental. Naturalmente, los laboristas le cierran la puerta a unirse al euro.
Si uno estuviera leyendo esto sin saber nada sobre el partido y su historia, se podría concluir que hay un mayor grado de coincidencias entre el manifiesto de los laboristas y el del Frente Nacional en Francia, que con los partidos de centroizquierda de otros lugares de la UE. Para un europeo continental, eso se lee como un programa profundamente euroescéptico.
Si uno le pregunta al pueblo de Gran Bretaña y del resto de la UE si apoyan la reforma de la UE, la mayoría diría que sí. Pero con esas afirmaciones quieren decir cosas opuestas. Lo que los laboristas tienen en común con los Conservadores, pero no con los social demócratas y los socialistas de Europa continental, es el apoyo a que se le devuelvan a los parlamentos nacionales ciertos poderes que hoy tiene UE.
¿Qué sucederá si ganan los laboristas? Ed Miliband, líder del partido, señaló que sólo llamaría a un referéndum de la UE en el caso de que haya una mayor transferencia de poder de los estados miembro a la UE. Pero eso bien puede ocurrir. La UE necesitará mecanismos para que la eurozona se ocupe del default soberano, la integración de los mercados bancario y laboral, y la política fiscal. ¿Puede Gran Bretaña optar por no entrar en todo eso?
Aunque no hubiera referéndum bajo un gobierno laborista, la amenaza de que se abandone la UE no desaparecería. ¿Qué pasaría si los laboristas forman un gobierno de minoría, apoyado por el partido Nacional Escocés, que bien podría aspirar a hacer otra consulta independentista escocesa? Una votación a favor de la independencia elevaría las probabilidades de un referéndum en Inglaterra por su permanencia en la UE, y con chances de que se vote NO.
Creo que Gran Bretaña salió de la UE hace mucho tiempo, durante las negociaciones del tratado de Maastricht en 1991, cuando los británicos optaron por quedar afuera de la moneda única. Hoy el aislamiento va más allá de la moneda única.
Por supuesto que hay fuertes diferencias entre los partidos políticos británicos en cuanto a las políticas de la UE. Pero la verdadera división no está entre laboristas y conservadores, sino entre Gran Bretaña y Europa.
Es por eso que, desde una perspectiva pro UE, es difícil ver un resultado positivo en las elecciones del jueves.














