
Una poco evidente recuperación en el mercado de acciones estadounidenses que ha dejado a muchos inversores afuera en los últimos meses, tiene ahora el apoyo adicional de la Reserva Federal que ha manifestado su intención de no elevar las tasas en los próximos tres años.
Sin embargo, queda por verse si los esfuerzos de la Fed por anclar las tasas a niveles extremadamente bajos hasta fines de 2014 convencerá a los inversores que están fuera del mercado desde octubre, esperando por un avance de más de 20% en la bolsa.
La política altamente acomodaticia de la Reserva puede considerarse la apropiada para sostener a los sectores del mercado de acciones que tienden a quedar fortalecidos por los períodos de tasas bajas o por los temores a un incremento en la inflación. Entre estos sectores figuran los servicios públicos, las materias primas, la energía y otros commodities, particularmente el oro.
Pero un período más prolongado de tasas cercanas a cero y la disposición de Ben Bernanke, el presidente de la Fed, de mantener sobre la mesa la opción de lanzar nuevas rondas de emisión de dinero para comprar activos, pone de relieve la débil recuperación de la economía estadounidense.
También muestra que la crisis de la eurozona y la desaceleración en el crecimiento de los mercados emergentes se ciernen como riesgos macroeconómicos claves en 2012, lo que en última instancia podría hundir las acciones y fortalecer a activos considerados refugio, como los bonos del Tesoro. Eso deja al clima optimista en materia de acciones como rehén del tono que tengan los próximos datos económicos publicados en Estados Unidos y de los acontecimiento en la eurozona.
Para que las acciones de la Fed estimulen la compra de acciones, tenemos que ver más sorpresas económicas positivas en los datos estadounidenses y evitar los titulares sobre eventos de riesgo. Somos escépticos en ambas cosas, señaló Michael Hood, estratega institucional de JPMorgan Asset Management.
Una amenaza crucial sería un abrupto bajón en China y una larga recesión en la eurozona, que eventualmente pueda afectar a EE.UU. y a sus bancos. Al informar este mes sus ganancias del último trimestre, varias compañías, incluyendo a Dupont, Siemens y United Technologies, han expresado preocupación por la perspectiva de crecimiento más lento en China.
En realidad, después del anuncio sobre tasas de la Fed el S&P registró un alza de 1,5%, pero luego el mercado retrocedió, lo que sugiere un grado de cautela entre los inversores con respecto a la búsqueda del rally. De todos modos, el S&P está en su nivel más alto desde julio, y ha aumentado más de 20% desde su mínimo de octubre.
"El avance que hemos visto en las acciones desde octubre es importante para la confianza y le da a los inversores algo positivo para ver cuando abren sus informes", dijo Michael Kastner, analista de Halyard Asset Management.
Al mantener las tasas bajas por más tiempo, la Fed está presionando a los ahorristas e inversores -quienes desde octubre pasado han retirado u$s 45.000 millones de las acciones estadounidenses- para que vuelvan a invertir en activos de mayor riesgo con la esperanza de obtener retornos más altos.
Las valuaciones son atractivas y con todo el dinero que está fuera del campo de juego esperando para entrar, y la Fed tan acomodaticia, pienso que veremos a bastante gente volver al mercado, opinó Kastner.
Sin embargo, en medio del optimismo con respecto a las acciones, hay que tener en cuenta que la Fed también está ofreciendo apoyo a un área clave del mercado de títulos del Tesoro, el segmento de los bonos con vencimiento a entre cinco y siete años.
Dado que la Operación Twist de la Reserva mantiene anclados los rendimientos a largo plazo de los títulos del Tesoro, el rendimiento de la nota a cinco años ha caído a un nivel bajo récord de 0,76%. Con la Fed reteniendo su capacidad de fuego durante los próximos tres años, los inversores pueden comprar con confianza y ser recompensados durante los próximos tres años a medida que la nota a cinco años madura y se acerca al rendimiento actual sobre los títulos a dos años, que es de 0,21%.
Mantener las tasas sin cambios hasta fines de 2014 es evidentemente positivo para las tasas intermedias. Cinco año de tasas bajas y estables sugieren que los inversores aprovecharán el rendimiento en activos con alta calificación, señaló Michael Cloherty, titular de Estrategia de Tasas en EE.UU. de la firma RBC Capital Markets. Entre estos activos se incluyen los bonos cubiertos y la deuda de organismos supranacionales como el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo, que ofrecen un rendimiento un poco más alto que los títulos del Tesoro para los próximos cinco años.
Este tipo de operaciones donde el dinero se estaciona, también influenciará el desempeño de las acciones en los próximos meses, particularmente si la Fed decide encarar otra ronda de emisión de dinero para la compra de activos.
Una diferencia clave en el desempeño del mercado de acciones desde la reunión de políticas de la Fed ha sido una mejora en el segmento de servicios públicos, que había quedado rezagado en relación a otros grandes sectores del S&P desde octubre. Las áreas de materias primas y energía, consideradas indicadoras de la preocupación por la inflación, también se recuperaron notablemente. Tener tasas de financiación cercanas a cero en los próximos tres años implica que es más atractivo endeudarse barato y comprar acciones que paguen dividendos más altos, como las de las compañías de servicios públicos, lo que alienta los llamados carry trades. Por otra parte, un dólar más débil y la posibilidad de que, en última instancia, el estímulo de la Fed pueda hacer subir los precios, favorece la compra de acciones de los sectores de materias primas y energía.
No es tanto que el mercado de acciones esté en alza sino que han vuelto dos apuestas, la de los precios en alza y la de los carry trades, señaló Vadim Zlotnikov, jefe de Estrategia de Mercado de AllianceBernstein Investments.











