Después de haber mantenido ayer cuatro horas de discusiones con líderes de la Unión Europea en Bruselas, Alexis Tsipras planeaba regresar hoy con la esperanza de cerrar un nuevo acuerdo de rescate con los acreedores. Pero el primer ministro griego quedó varado a raíz del enojo y la resistencia que se observa en su propio partido Syriza. En vez de volar a Bruselas, hoy apelará a un obstinado parlamento en Atenas, con su gobierno y el futuro financiero del país jugándose todo.


"La abrumadora opinión del grupo parlamentario [de Syriza] será de rechazo", aseguró Antonis Kamaras, comentarista político griego, sobre los términos del rescate que han ofrecido los acreedores. "Es difícil ver de qué manera prevalecerá el liderazgo". agregó.


Tsipras describió las discusiones de ayer como "constructivas y amistosas". Pero un alto funcionario de Grecia señaló que el Fondo Monetario Internacional (FMI), que no estaba representado en el encuentro, había impuesto nuevas condiciones que no habían sido tratadas en anteriores negociaciones.


Otra vez en Atenas, Tsipras dijo a sus asistentes que "las propuestas extremas no son aceptables para el gobierno griego". "Debemos todos comprender cuánto ha sufrido el pueblo en los últimos cinco años y hay que terminar con los juegos que son a expensas de los griegos", agregó.


Con miembros de la facción de extrema izquierda de Syriza ya criticando a los acreedores, el partido podría enfrentar una división si el premier cruza "sus líneas rojas" en temas como pensiones e impuestos para llegar a un acuerdo con lo supervisores del rescate.


Alecos Kalyvas, jefe de estrategia económica de Syriza, dijo que Grecia enfrenta grandes problemas y que "el tiempo se está acabando". Pero agregó que "no puede aceptar" más recortes de jubilaciones, mayores alzas en los precios de la energía ni otros despidos en el sector público.


Cuando le preguntaron si se alcanzaría un acuerdo antes de que venza la actual prórroga del rescate a fines de junio, contestó: "Soy optimista, pero sólo moderadamente".


Mientras tanto, los griegos siguen retirando dinero de los bancos locales por temor a que se fijen controles de capital en el caso de que las negociaciones tienen problemas o de que Atenas este mes no pueda pagar los cuatro vencimientos de pagos al FMI por un total de 1.600 millones de euros.


La semana pasada, los depositantes extrajeron más de 2.000 millones de euros de sus cuentas, según dos altos ejecutivos de bancos. El retiro de dinero se reanudó esta semana pero en cantidades inferiores, aseguraron.
Si bien el banco central de Grecia dejó en claro ayer que el gobierno no cumplirá con el pago de 300 millones de euros al FMI que vence hoy, Atenas tiene dinero para cubrir ese desembolso, al igual que la otra cuota de 350 millones de euros que vence el 12 de junio, según funcionarios griegos con conocimientos de las cuentas nacionales.


Un funcionario aseguró que el gobierno cuenta con suficientes fondos para cumplir con sus obligaciones totales por 1.500 millones este mes, lo que hace pensar que Tsipras hizo los últimos movimientos para impresionar a su partido.


Aún antes de que Tsipras volviera de Bruselas, los miembros de la facción de extrema izquierda de Syriza le pidieron que llamara a una inmediata elección general en el caso de que las conversaciones resultaran en un ultimátum por parte de los supervisores del rescate.


John Milios, líder de la nueva facción de extrema izquierda Red Network, pidió a Grecia que detenga los pagos al FMI y aplique controles de capitales.


"Estamos en un punto crítico, y no sé si habrá un acuerdo. El gobierno está parado sobre una pendiente resbaladiza . . . y lo que veo a futuro es chantaje", aseguró Milios en una reunión con sus seguidores.
Panayotis Lafazanis, el severo ministro de energía y líder de Left Platform, insistió en que los precios de la electricidad no sufrirán cambios. "Este acuerdo no cumple con la plataforma progresiva de Syriza y no va a suceder", aseguró. "Somos un gobierno de principios y no seremos los responsables de hacer semejante daño al país".