
El presidente de China trató de presentar a su país como el guardián del orden multilateral cuando ayer prometió entregar u$s 2000 millones para la batalla global contra el coronavirus, exigió que todos tengan acceso a una vacuna, e insistió en que hay que preservar las cadenas de suministro internacionales.
En su discurso ante la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Xi Jinping hizo un llamamiento a la colaboración internacional para hacer frente a "la emergencia de salud pública global más grave desde fines de la Segunda Guerra Mundial". También dijo que China, país al que se lo acusa de ocultar el brote en Wuhan, apoyaría una "revisión integral de la respuesta mundial" a la epidemia.
Las observaciones del mandatario chino fueron un intento por avanzar sobre EE.UU. en la batalla cada vez más encarnizada por el origen y el manejo de la emergencia sanitaria. No estaba previsto que el presidente Donald Trump participara del evento y el país norteamericano congeló la entrega de fondos a la OMS.
Sin embargo, el mensaje internacionalista de Xi perdió fuerza sólo horas después, cuando Beijing fijó aranceles punitivos a las importaciones de cebada australiana en medio de crecientes tensiones vinculadas al pedido de Canberra de investigar los orígenes del virus.
John Ullyot, vocero del Consejo de Seguridad Nacional, señaló que EE.UU. "ve bien que haya otros aportes transparentes y de calidad" para luchar contra la pandemia, pero describió la oferta china como un intento por evadir la culpa.
Xi pidió reactivar la actividad industrial mundial y también apoyó la idea de suspender el servicio de la deuda de "los países más pobres", en una iniciativa que se llevaría a cabo conjuntamente con otros países del G-20. También afirmó que cualquier vacuna desarrollada en China se convertiría en un "bien público mundial", en respuesta a la preocupación generalizada de que los países ricos y poderosos, incluido EE.UU., puedan quedarse con todos los suministros a expensas de las naciones más necesitadas.
"Ese será el aporte de China para asegurar que los países en desarrollo tengan acceso a las vacunas", sostuvo Xi.
Bonnie Glaser, experta en China del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo que el discurso de Xi se hacía eco del tono que mantuvo en Davos en 2017 cuando defendió la globalización días antes de la asunción de Trump. "En aquel momento se pensaba que China iba a ser el paladín de la globalización y se presentaba como protector del orden multilateral", contó. "Recuerdo que muchos en Europa en ese momento pensaban que Xi Jinping era el nuevo líder del mundo."
"No creo que debamos esperar que China surja como el gran líder del orden multilateral. Xi está muy a la defensiva. Tiene que evitar que el mundo condene a China y... le pida una indemnización".
Traducción: Mariana Oriolo














